Eugène-François Vidocq fue un personaje real que fogueado en el hampa parisino alcanzó el cargo de primer director de la Sûreté Nationale. La experiencia es sin duda un grado y un curriculum como el suyo aseguraba el conocimiento en primera persona del sórdido submundo de la delincuencia en la Francia revolucionaria, por lo que la idoneidad para el cargo parecía asegurada. Ladrón antes que policía. Cocinero antes que fraile, que se dice.
Escándalo en Paris es una
película del gran Douglas Sirk con Vidocq como personaje central. Una pseudo
biografía que, respetando la idea central del tránsito entre calabozos y sillón
policial, no parece tener muchos más puntos de contacto con la autenticidad
histórica. Ello, sin embargo no impide que nos encontremos ante una magnífica
película espléndidamente interpretada por George Sanders, con actores de la
talla de Akim Tamiroff o incluso de un semi-desconocido Gene Lockhart quien
borda su papel de ex inspector de policía, amén de marido indignadísimo y
obsesionado por cazar a un delincuente que se dedica a robarle a su futura
señora “in situ” una liga cargadita de piedras preciosas.
Quien mejor que el truhán-señor
George Sanders para el papel de ladrón astuto, embaucador Casanova,
gentilhombre de presencia y cultura y San Jorge en ratos libres. No. No estamos
ante un film religioso pero la restauración de un antiguo cuadro representando
a San Jorge y el dragón tiene su importancia en el argumento y en esa línea la
película está cargada de simbología: El látigo y la serpiente o el dragón
atravesado por la lanza en una de las escenas finales.
La película es una sucesión de
momentos memorables, de diálogos a veces realistas y a veces irónicos. Siempre
atinados. La fotografía parece retrotraernos a un expresionismo alemán que deja
su juego de luces y sombras nocturnas sobre el empedrado de las vías francesas.
Acertada banda sonora a la que se suma una voz en off que en primera persona
narra, con el tono de un cuento para mayores, unos acontecimientos a menudo
cómicos, a veces trágicos, y siempre interesantes para un espectador que se
pega a la historia como una lapa a la roca.
Resulta curioso descubrir en el
“rey del melodrama cinematográfico” estas otras facetas artísticas.
Somos muy dados al encasillamiento. Sin embargo Sirk tiene grandes trabajos en
otros terrenos. En esta línea también he visto recientemente “ ¿Alguien
ha visto a mi chica?” con Piper Laurie, Rock Hudson y Charles Coburn, una
comedia con un nivel de calidad francamente bueno y por encima de la media
habitual.
Agradecer a Orsonwelles de
“Las cosas que hemos visto” la recomendación de este magnífico
film.
¡Ah! Y no se extrañen si al
buscar en Google la película se topan de bruces con los escándalos de
Paris-Hilton.
Puntuación: 7,75