domingo, 28 de febrero de 2016

EL BALNEARIO DE BATTLE CREEK (ALAN PARKER - 1994)



La valoración media, en la web, de este film de Alan Parker no anda demasiado lejos del aprobado mediocre y raspante. Necesita mejorar, como constaba (y no sé si aun lo hace) en las cartillas escolares de los alumnos menos entrenados en el noble arte de mantener un libro entre los codos. Claro que decir eso de Alan Parker suena a herejía en el mundo del celuloide de calidad y, tal vez por eso, como sucede en todas las medias, los cinéfilos de pro han defendido hasta la exaltación esta orgía de excrementos, vómitos, enemas, bazofias y otras lindezas escatológicas. Postura que respeto pero no comparto.
“El balneario de Battle Creek” pretende, y lo consigue, llevar al gran público, como lo hizo la novela de T. Coraghessan Boyle en que se basa, la historia real de John Harvey Kellog, doctor de principios del siglo XX que, a base de tratamientos de limpieza intestinal y otros buenos hábitos, comprendida la carencia de sexo, garantizaba a los adinerados clientes de su sanatorio una longevidad en la que tenía un destacado papel la ingesta de cereales, evidentemente Kellog´s, inventados y promocionados conjunta y conflictivamente con su hermano. Encuentro encomiable esta labor de acrecentar el conocimiento medio de espectadores como nosotros que no sabemos siquiera de donde procede aquello que cada mañana vertemos en nuestros tazones, pero cuando las formas se imponen sobre los fondos, el interés por la cultura decae y lo único que parece tener importancia es la lentitud del reloj avanzando parsimonioso como nunca hacia el final de la película.
La educación es como la piel y me resulta imposible arrancármela. Es probable que otros espectadores con otros conceptos personales, tan válidos como los míos, pero diferentes, encuentren valores positivos e incluso magistrales en el film. No discutiré eso. Soy capaz de reconocer sus méritos como retrato de una sociedad donde doctores, tuertos en el país de los ciegos, descubrían y vendían pulseras mágicas, pócimas curativas, píldoras de la felicidad y hasta pastillas para no dormir, que diría Sabina. Y que un legado como los Corns Kellogg´s puedan merecer un homenaje fílmico. Pero para ello no basta un buen guión, buenos actores (Anthony Hopkins, Matthew Broderick, Bridget Fonda, John Cusack) y un director de prestigio. Hace falta también un ejercicio neuronal y no sustentar una comedia exclusivamente sobre gags desagradables y vomitivos. La extralimitación y la falta de sutileza no están inventariados en mi equipaje diario. La educación sí, y por ello mi respeto a quienes defienden y aplauden la película
Y considero a Parker un director excelente, pero en comedias, un Lubitsch “please”…
Puntuación: 5,00 

lunes, 22 de febrero de 2016

MALE AND FEMALE (CECIL B. DEMILLE - 1919)


Versión cinematográfica de una comedia teatral de reconocido éxito que incluso llegó a representarse en España en el año 1922 (Teatro Eslava, Madrid): El admirable Crichton. Del escritor escocés Sir James Matthew Barrie, creador del personaje de Peter Pan, fue llevada al cine hasta en 3 ocasiones. La segunda de ellas en Estados Unidos, en el año 1919 y dirigida por Cecil B. de Mille quien le cambió el nombre para que no se confundiese Admirable con Admiral, según cuentan, y la tituló Male and Female, un tanto desafortunadamente, a mi juicio.

Porque, aunque la película va de hombres y mujeres, su significado más profundo lo encontramos en las diferencias de clase entre los miembros de la alta sociedad victoriana y londinense y el personal de oficios, cocineras, chóferes, doncellas, camareras y especialmente el mayordomo, el admirable Crichton, alma mater que sostiene todo este montaje y que hace posible que la ociosa jet pueda vivir sin preocupación alguna. Los dardos de Cupido tratan de salvar esa barrera infranqueable pero el amor de Crichton por Lady Mary nace con la condena de lo imposible.

Un viaje en yate de unos cuantos miembros de la familia, acompañados por el mayordomo y la sirvienta Tweeny, termina en naufragio y como en el programa “Supervivientes” todos deben buscarse las habichuelas diarias, o mejor dicho la sopa de pescado. Hay que saber encender fuego, construir cabañas y cocinar los alimentos entre otras habilidades primitivas para las que los lores británicos no estaban preparados. Y es ahí donde aparece la figura de Crichton, admirable en todas estas “artes” digamos vulgares. Lo de “el que quiera peces que se moje el cucusclán…” no debía formar parte del acerbo socio-cultural de la “high society” de la City  pues los adinerados náufragos inicialmente no se rebajaron ante el mayordomo ilustrado, aunque ante el repetitivo sonar de tripas no les quedó más remedio que sorberse su orgullo y claudicar. Y así, como el que no quiere la cosa, Crichton, acabó siendo el rey de la isla de los aristocráticos Crusoe. Incluso del imperio babilónico, en referencia a un poema cuya lectura comparten señores y plebeyos. Babilonio que marea y con el leopardo a cuestas, se convierte en el diáfano objeto del deseo de la otrora estirada Lady Mary (Gloria Swanson) quien, en una onírica escena, se trueca en esclava cristina, altiva, indómita y con sus encantos al natural, encerrada en una jaula con leones, escena en la que se tomaron todas las precauciones posibles pero en la que no fue doblada.

Aunque de producción norteamericana DeMille mantiene los hechos en su entorno original londinense, probablemente porque en los Estados Unidos no tendría demasiado sentido un conflicto clasista similar. La comicidad de las situaciones, las actuaciones de Thomas Meighan como Crichton ,Gloria Swanson como Lady Mary  Lasenby, Lila Lee como Tweeny así como la participación de Bebe Daniels en una breve escena como ardiente babilonia favorita del Rey, por no citar las habilidades fotográficas de Alvyn Wyckoff con algunos fundidos notables, hacen de Male and Female un trabajo digno que merece verse aunque no seamos entusiastas seguidores de Cecil B. DeMille y haya quien dé un respingo cuando le hablan de cine de 1919, evidentemente mudo…


A destacar la participación de Mitchell Leisen como diseñador de vestuario en la escena de Babilonia.

Puntuación: 8,00   



miércoles, 17 de febrero de 2016

EL HOMBRE QUE FUE SHERLOCK HOLMES (KARL HARTL - 1937)


En el mismo año que la aviación nazi bombardea Gernika y se introducen en Alemania leyes anti judíos se estrena en el país germánico “El hombre que fue Sherlock Holmes” (en muchos paises se lanzó directamente con el título de “Sherlock Holmes”). Dirigida por Karl Hartl y protagonizada por una de las máximas estrellas del cine alemán, Hans Albers (“El angel azul) junto con Heinz Rühmann, a quien seguro recuerdan por su trabajo en “El cebo” de Ladislao Vajda, la película narra, en clave de comedia, las andanzas de un par de bribones, ladronzuelos de poca monta que gracias a su peculiar vestimenta y a complementos tales como gorra, pipa o violín, consiguen ser confundidos con el famoso detective Sherlock Holmes y su ayudante el Doctor Watson.

Como supondrán tal confusión está propiciada por la pareja de pillos para sacar ventaja de tal situación. Viajes gratis en tren o estancia en buenos hoteles son algunas de las prebendas de su fingida condición. Todo funciona bien hasta que en su camino se cruza un clan de delincuentes y falsificadores y deben resolver el “caso de los sellos Maurizio” demostrando excelentes habilidades propias de los detectives originales.

Es normal que este tipo de trabajos gestados durante la Alemania nazi sean analizados con lupa buscando ideas totalitarias o propagandísticas. Se ha dicho que la imagen de dos ladrones caracterizados como dos personajes insignia de la cultura inglesa es un torpedo en la linea de flotación de la nave británica. En mi opinión, tal teoría tiene fundamento pero quizás estemos hilando muy fino. En la Alemania del 37 también les importaba que las películas diesen dinero en las taquillas y del mismo modo que aquí se cantaban las gestas nacionales en el NO.DO allí también tenían sus noticieros donde airear sus inefables proyectos sobre la pureza de la raza y otras lamentables cuestiones.

Resulta curiosa la anécdota de que está película, junto con El sabueso de los Baskerville fueron las dos únicas que se encontraron por las tropas aliadas en el bunker de Hitler. ¿le gustaría al dictador la cultura inglesa? ¿Buscaría importarla a la nueva Alemania? Sorpresas te da la vida...

Sinceramente me ha sorprendido esta comedia. Será que no me esperaba este sentido del humor en la Alemania nazi. Por ello, me atrevo a recomendarsela, aunque el hecho de que mientras unos reían en las salas de cine otros morían por las bombas de los aviones nazis es duro de asimilar.

Puntuación: 7,5

martes, 9 de febrero de 2016

LA MUJER DE PAJA (BASIL DEARDEN - 1964)


Un repaso medianamente riguroso del cine británico deberá incluir necesariamente a Basil Dearden, director nacido en Essex en 1911 y fallecido prematuramente a la temprana edad de 60 años a consecuencia de un accidente de tráfico. En este blog, que es el suyo, encontrarán referencia de dos de sus trabajos: El farol azul y Matrimonio de estado, dos películas que tienen en común el haber sabido reflejar la cotidianeidad de la vida inglesa en marcos distintos, las calles donde pasean los bobbies y los castillos de la realeza siglo XVIII con el advenimiento de la casa de Hannover al trono inglés.

Si bien ese aroma histórico y realista se pierde en esta, muy posterior, La mujer de paja, no echamos en falta ni suntuosas residencias ni ese “touch” absolutamente británico y además parece que el celuloide ha sido tratado con una solución perfumada con “Eau de Agata Christie” claro que, si me piden mi opinión, el perfume, aunque agradable y aparente, delata su falta de autenticidad.

Lo primero que hay que decir es que si usted lo único que pretende es pasar un rato entretenido, estamos ante una opción válida. Dentro de una relativa irregularidad, la película nos atrapa en su planteamiento, nos desencanta en su nudo y parece resucitar un tanto en su desenlace, sin alcanzar los grados de imaginación de la maestra literaria del suspense. No es una película “ contínua” de esas que te agarran y no te sueltan hasta los títulos finales de crédito, pero tiene sus valores y trata de explotarlos.

Un valor positivo es el trabajo de Gina Lollobrígida, actriz y miss Italia, destronando a la mismísima Silvana Mangano, quien se apartaba voluntariamente de aquellos papeles que vendiesen una imagen suya de chica fácil. Su personaje se sitúa en el extremo opuesto: Una hermosa enfermera que es contratada para el cuidado de un amargadísimo, imposibilitado en silla de ruedas, cruel y déspota millonario inglés ( Ralph Richardson, en un trabajo excepcional). El comportamiento inhumano del enfermo con todos los que le rodean hace que la cuidadora lo abandone en dos ocasiones. Sin embargo, un sobrino del magnate (Sean Connery) urde un plan para apropiarse de la herencia en el que es una pieza importante la enfermera María Marcello (Gina Lollobrígida).

Curioso Connery en su papel de galán delincuente, justamente cuando se empezaba a cimentar su fama como Bond... James Bond. ¿Romper encasillamentos? Más parece que en la serie al principio se pagaba poco. Poca visión de los royalties que dejaría en el futuro. No obstante, Connery, de quien tengo una opinión excelente por el conjunto de su carrera, no parece nunca tomarle el pulso a ese papel y es con diferencia la pata coja de una mesa que ya de por si trastabilla bastante. Es probable que su relación con Gina, una actriz conflictiva en los platós, no fuese la deseable e incluso se excedió en una bofetada que exigía el guión pero no con la dureza con que la propinó.

Una primera parte del film que resulta interesante desde un punto de vista sicológico: La brutalidad y aparente carencia de sentimientos del tullido Charles Richmond versus la integridad personal de la enfermera Marcello quien no estaba dispuesta a soportar vejaciones propias ni a contemplar como se humillaban a otras personas, mención especial a un par de sirvientes negros a los que obligaba a arrastrarse como si de perros se tratase. Parecen dos fuerzas enfrentadas y el espectador agradece la lidia. A partir de ahí el film se “humaniza” apareciendo las inevitables motivaciones crematísticas. Ahí entra en juego el sobrino (Connery) quien añade además un odio personal a causa de su propia madre. Es en este punto donde parecemos enfrascarnos en una especie de novela de misterio con Poirot o Miss Marple como protagonistas, evidentemente a años luz de distancia, y de ahí hasta al final ligeramente en pendiente y hacia abajo con un adormecimiento liviano del que nos saca ese inspector típicamente británico que siempre aparece en esta clase de películas. Ya saben, esos que piden mil veces perdón y que parecen no querer molestar pero que al final resuelven el caso. No es el Inspector Lomer (Alexander Knox) el ejemplo mas apropiado de este género, pero pretendía que me entendiesen.

Podría haberse llamado “El caso del muerto fumador”

Puntuación:6,75



miércoles, 3 de febrero de 2016

EL GRAN MITCHELL (LESLIE HOWARD - 1942)





El gran Mitchell” es una película biográfica. Sin embargo, eso no significa que todo lo que en ella se nos cuenta sea palabrita del niño Jesús. Algunos detalles de la vida de Reginald Joseph Mitchell fueron modificados con la intención de mejorar su imagen. No tenía un carácter tan apacible y su constitución era más atlética de la que muestra el actor y director del film Leslie Howard. Sus proyectos no se vieron acelerados tras ningún viaje a la Alemania nazi ni tampoco coincidió su fallecimiento con las victorias de la RAF sobre la Luftwaffe. Pero lo fundamental está ahí: Haber sido gracias a sus diseños el impulsor de la aviación moderna.

Y esta es una de las veces donde el cine subsana siquiera parcialmente nuestras humanas carencias. Quizás no debería generalizar y hablar unicamente por mi. Les confieso que el título “El gran Mitchell” me sonaba magos con levita y conejos saliendo del sombrero de copa. Como verán el error es monumental y de bulto aunque debamos reconocer que diseñar aviones en los años 20-30 del siglo pasado, anticipando un imprevisible futuro es pura magia, especialmente en una sociedad incrédula a la que parecía imposible que el hombre pudiese llegar a surcar los aires en artefactos que se asemejaban a las gaviotas marinas.

Prácticamente podemos prescindir de la sinopsis. Queda todo dicho: La vida y casi milagros de uno de los mayores diseñadores de aviones de la historia. Bien interpretada por David Niven (Geoffrey Crisp) y Leslie Howard (R.J.Mitchell) así como dirigida por el propio Howard es una película educativa y llena de interés. Evidentemente propagandística, como no podía ser menos corriendo como corría el año 1942, nos permite echar una mirada a aspectos de la historia desconocidos para la mayoría. Y una curiosidad: Leslie Howard murió un año después tras ser derribado sobre el Golfo de Biscaia, por los junkers de la Luftwaffe, el avión de la KLM en que viajaba.

Recapacitando les diré que tampoco hubiese acertado el argumento básico del film por su título británico: “The first of the few” La frase de Winston Churchill refiriéndose a los tripulantes de los aviones ingleses en la Batalla de Inglaterra como “The few” no formaba parte de mi acerbo cultural ¿O debería decir incultural? I,m sorry.

Puntuación: 7,65