
La elección es difícil pero me quedo con Claire Trevor en su papel inconmensurable de esposa de mafioso, alcohólica hasta las cejas y con la vida destrozada sin remisión. Su escena cantando por un trago de whisky es de un patetismo absolutamente doloroso. El Oscar conseguido significa el mínimo reconocimiento a su excepcional trabajo. Si el resto de actores está francamente bien, Claire está suprema.
Esta mezcla de claustrofobia, tensiones, pistolas y sexo, tiene tanta fuerza explosiva que nuestra retina queda inevitablemente impactada por imágenes como la del enfrentamiento sin palabras Bacall-Robinson, escenas como la del baño puro en boca ó el propio afeitado del mafioso, por no hablar de un inválido Barrymore literalmente caminando por la fuerza impelente de la ira.
Película de pasiones, sentimientos y verdades donde las haya: Ira, Miedo, Egoísmo, Desencanto… y esa química especial que siempre surge de la unión de la pareja por excelencia del cine de siempre.Como colofón, esa ventana que se abre tras la tormenta dejando pasar unos rayos de sol absolutamente purificadores. Y el retorno, la esperanza y la vida….
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