Y les confieso que, a pesar de su popularidad, desconocía esta película y añadiré que comencé a verla con cierta aprensión. De ahí mi sorpresa ante lo que estaba viendo y mis estruendosas carcajadas ante el televisor, lo cual es harto difícil y muy pocas comedias lo consiguen. En las salas de proyección la risa es contagiosa y fluye fácil pero en la intimidad los mismos gags parecen patéticos. Pero en Amici Miei hasta sólo te ríes con ganas.
El guión ayuda ¡qué duda cabe!. Los gags son imaginativos y su comicidad va "in crescendo" a medida que se desarrolla la película. Y, por descontado, los actores, cuya categoría y tablas para esto no admiten discusión, también contribuyen al éxito de la obra. Ugo Tognazzi, Philippe Noiret o Adolfo Celi por no hablar de Bernard Blier bordando el papel de jubilado de correos a lo Borsalino, están sensacionales.
No es de extrañar que la película tuviese una segunda parte que aún no he visto pero que pinta bien, muy bien.¿Adultos o traviesos creciditos? Seguramente una mezcla peligrosa e irreverente. Pero divertida. Muy divertida...
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