Entre sus directores encontramos a Edward Dymitrick, Joseph H. Lewis o a este conocidísimo y prolífico Gordon Douglas, auténtico profesional de todos los géneros, quien, a pesar del evidente bajo presupuesto obtiene una obra bastante aceptable donde confraternizan hermosas mujeres, Barbara Hale, Rita Corday, Vedda Ann Borg o Jean Brooks, con un Tom Conway en aquella línea "El Santo" que hizo celebre Roger Moore. Evidentemente la serie B extiende sus tentáculos por el film y este lo acusa en forma de lagunas que se llenan mas por "revelaciones divinas" que por lógicas deductivas.
De cualquier modo, la décima película de la saga está considerada como una de las mejores. No puedo opinar. Reconozco que es la primera y la única que he visto. Pero la historia tiene cierta originalidad y el trabajo en su conjunto es meritorio. La muerte en los estudios de un actor y playboy desentraña una trama, digamos financiera, que envuelve al director, al productor, a las actrices, a la taxista, a la policía y por supuesto al Halcón.
Se ha dicho que el personaje de la taxista Billie hubiese dado mucho juego para posteriores trabajos de la serie. Su química con el Halcón era evidente. Sin embargo se dejó escapar esta potencial mejora. Ellos sabrían...

2 comentarios:
No he visto ni ésta, ni ninguna de la serie. Cuánto cine por ver... Demasiado.
Un saludo.
Pues me pasa lo que a David, Father, ni p. idea de este Halcón. Deberíamos de vivir más tiempo para poder ver todo lo que nos falta. ¡Qué le vamos a hacer!
Un abrazote.
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