Reconociendo que me gusta el género de la ciencia ficción y que La fuga de Logan acaba resultando una obra entretenida, debo decir, tratando de ser objetivo, que su encuadramiento dentro de las películas de culto, es una prueba de que este tipo de catalogaciones parece atender más a motivaciones poco confesables que a circunstancias objetivas y que la etiqueta “cult movie” debe ponerla el tiempo y no venir de fábrica como parece ser el caso.
Repito que no quiero ser
demasiado duro con un film que me ha resultado entretenido en su conjunto e
incluso espectacular por momentos (el Carrusel regenerador), pero que se
ajusta demasiado a unos cánones apocalípticos demasiado socorridos. Las
catástrofes nucleares, las colisiones planetarias o los virus que diezman la
Tierra son elementos que han sido demasiado utilizados en el cine, por lo
general acompañados de supervivientes incapaces de organizarse por sí mismos
y que precisan la figura del líder. En este caso, el liderazgo parece
ejercerse desde computadoras futuristas inteligentes, que diseñan una
sociedad aborregada y hedonística, uniformada por colores según edad y con
un plazo de caducidad de 30 años, tras los cuales se les liquida
convenientemente al tiempo que se les “vende la burra” de la regeneración.
Lógicamente los menos borregos de entre ellos tratan de librarse de la
masacre y escapar al anhelado “santuario”, cosa que los
guardianes “sandmen” tratan de evitar con sus pistolitas de rayos
verdes.
El film puede verse desde
distintas ópticas, la mesiánica entre ellas e incluso analizar su
encuadramiento en una sociedad donde los principios del amor libre y el
consumo de alucinógenos estaban entre las variables del cambio social
propiciado por una juventud que buscaba su propio sitio. Estas visiones son
válidas y en ellas puede estar la clave de su calificación como film de
culto. Pero un film no puede limitarse al puro y duro análisis sociológico,
precisa algo más, y en ese más es donde flaquea: El conjunto de la historia,
entretiene sin más, los actores cumplen, aunque muy justitos y los pequeños detalles acaban debilitando un film ya de por si flojo en donde los efectos especiales son bastante interesantes hasta el
punto de reconocerse en forma de estatuilla. La resultante nos
da un film mediocre, con más diferencias de las aceptables con la novela
original pero que deja verse, especialmente en su fase final donde la figura
y el saber estar de Peter Ustinov junto con una simulación de Washington DC
invadido por la naturaleza salvaje, suben un tanto su valoración.
Sé que me manejo entre el
sí pero no y el no pero sí, pero así lo he visto y así se lo he contado.
6 comentarios:
Pues a mi me parece que te ha quedado una crítica muy, pero que muy, aprovechable. Tanto que el productor acaba de perderse un espectador: el menda.
Además de ser artículo muy chulo desde otras ópticas, que una peli es mucho más que cine, como diría un culé
Amado: Mi comentario es que en su conjunto el film es entretenido pero tiene ratos mejores y otros peores. El interés va como a saltos y al final te dices a ti mismo. Bueno, pasable...
Saludos.
Felizmente que le has dado poco puntaje porque no me provocaba verla, no creo que sea de mi interés, no soy mucho de cine B siendo franco porque tiene sus horribles productos y una cierta mala fama comercial y artística aunque hay sus obras maestras mal interpretadas que merecen reinvicación y que me generan mucha curiosidad y donde haya arte con alguna originalidad siempre estaré mirando, así el resultado no sea el mejor, arte también equivale a dejar nuestra filosofía. Un abrazo.
La vi de crío, pero la tengo olvidadísima. Tengo más recuerdo de la breve serie de televisión que hicieron en los ochenta que de la peli.
Pasan los años y todo parece que era mejor de lo que fue...pero no... estoy contigo. Se deja ver sin más (bueno, igual por Jenny Agutter se deja ver mejor, pero eso no hace que la película sea buena).
Un saludo.
Coincido con Father en que la mejor parte es la del final en Washington. Es una película que ha tratado fatal el tiempo y vista hoy en día es muy floja, pero la parte final con Ustinov tenía su puntito.
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