viernes, 2 de septiembre de 2011

ADIEU POULET (PIERRE GRANIER-DEFERRE - 1975)


Adieu Poulet es algo así como un Arma Letal a la francesa. Así escrito, la cosa nos parece clara y meridiana, salvo que nos cuestionemos lo de “a la francesa”, porque entre los Estados Unidos de Norteamérica y Francia existen, además de La Marsellesa, la bandera o la tortilla, otras diferencias. El chauvinismo no es identificable con el orgullo de los yanquis del mismo modo que los valores de una Europa agrietada por siglos de historia no pueden colocarse como si de deuda pública se tratase en los mercados de una, relativamente, nueva América.

Pero sí, la cosa va de policías complementarios. El ortodoxo (Lino Ventura) y el modernista (Patrick Dewaere) o lo que es lo mismo, el íntegro y el predispuesto a aceptar regalos o el reflexivo y el alocado, que todas las calificaciones se ajustan a sus distintos caracteres. Sin embargo, la fuerza – permitánme redundar – de Fuerza Letal está en eso precisamente, en la química complementaria pero integral entre los dos polis interpretados por Dany Gloover y Mel Gibson, mientras que en Adieu Poulet el interés se centra en una historia de corrupción y violencia política donde los comicios, las campañas y precampañas electorales son un campo de batalla teñido literalmente de sangre. Los actores se lucen en tanto sus personajes se erigen en parte fundamental de los acontecimientos y su mérito está en hacerlos creíbles. No son dos actores-escaparate a lo Borsalino sino dos peones de una gran historia que bordan su trabajo.

Grande Leferre, de quien tengo pendiente de comentarles Le Chat, me parece un excepcional director. Es cierto que la historia es buena pero también lo es que el cine político junto a grandes títulos tiene grandes empachos. Las corruptelas, sean trajes, concesiones y otras prebendas así como aquello de favor por favor están tan a la orden del día en las televisiones que reencontrarlo en el cine produce cierto hastío, pero Leferre le sacó partido gracias a un guión ágil y sin demasiados giros enrevesados, donde las concesiones a la espectacularidad son pocas y donde las muestras de ingenio especialmente en los diálogos son muchas.

La trama podría resumirse en la muerte de un policía y un civil a manos de los gorilas de un candidato político. La no asunción de responsabilidades. El apoyo de las altas esferas inclusive los mandos policiales. La integridad del comisario en el cumplimiento de su deber incluso contra sus superiores. Las artimañas legales para retirarlo sin publicidad del caso. Todo ello nos suena. Pero Leferre le da una vuelta de tuerca final a la historia de forma que cuando el policía es reclamado por todas las partes de un conflicto que se ha disparado éste tomando el altavoz dice…

Mejor lo averiguan que no me gusta destripar.

Y “Adieu Poulet” que en castizo sería algo así como Y tararí que te vi…

Puntuación: 7,45




10 comentarios:

AMADO MIO dijo...

Mea culpa por no venir más a este blog que cada vez encuentro más maduro, más intgeresante, más elaborado, más recomendable, más meritorio.
Un abrazo.

ATTICUS dijo...

Me pillas por completo Father,deconocimiento total.
Enhorabuena.

Mario Salazar dijo...

Tampoco la he visto pero que tenga un buen guión se agradece, si algo se diferencia el noir o las cintas clásicas de crimen de la acción en general es justamente brindar un grado mayor de argumentación, bueno es encontrar que los actores pasan a ser secundarios, está bien cuando hay actores famosos pero que hacen gala de virtudes pero si solo estan bajo la premisa de atracción ya la motivación cambia y pasa a ser más propia de fanáticos que también me adscribo a ello con cierto nombres debo admitir, no obstante la prioridad por supuesto es el arte del filme, por ello para no extenderme más que grato hallar una nueva recomendación. Un abrazo.

Mario.

Pepe del Montgó dijo...

Sin duda el cine de acción e intriga en Europa es más reflexivo que el norteamericano, pero con las mismas muchas veces las películas europeas se convierten en peñazos mientras las norteamericanas entusiasman por su agilidad. Lo que me gusta del cine francés me gusta de verdad pero la inmensa mayoría y sobre todo "apres la nouvelle vague" me aburren.

Jack dijo...

Subscribo letra por letra lo que acaba de decir Pepe del Montgó. Que le vamos a hacer si somos almas gemelas, el más ecologista, yo más de sala de cine.

FATHER_CAPRIO dijo...

Amado Mío: Gracias por tus palabras. Eres siempre bienvenido. A veces nos falta tiempo para ir donde quisiésemos. Y también hablo por mi.
Saludos

FATHER_CAPRIO dijo...

Atticus: Yo creo que en esto del cine, unos nos pillamos a otros. A mi me pillan constantemente especialmente con las películas actuales. Lo único que trato es de compartir con los amigos alguna que otra pequeña joya descubierta en mis trabajos de arqueología cinéfila.
Saludos

FATHER_CAPRIO dijo...

Mario: Realmente cuando encontramos un argumento fuerte, los actores pasan a ser un tanto secundarios, pero si además del guión consistente los actores son de la talla de un Bogart o un Lino Ventura, como en este caso, el film gana enteros.
Es cierto también que todos tenemos nuestros actores preferidos cuya presencia parece hacer bueno un film. A mi me sucede por ejemplo con Charles Laughton o Greta Garbo, que pueden hacer la maravilla de convertir una mala película en una película digna, pero no pueden hacer milagros.
En cualquier caso Adieu Poilet es un film de argumento solido al que la presencia de un grande como Lino Ventura le sienta muy bien.
Encantado de hablar contigo de cine.

FATHER_CAPRIO dijo...

Pepe: Quienes me seguís hace ya tiempo sabréis que mis relaciones con el cine francés eran más de odio que de amor. Directores consagrados como Rohmer, Chabrol o el propio Godard me producían un efecto alérgico no solo primaveral sino en todas las estaciones. De todos modos, no he tirado la toalla y he encontrado cosas interesantes.
En especial el polar frances me ha atraido, a Jean Pierre Melville lo sigo con regularidad. Y luego están aquellas películas anteriores a la nouvelle vague con directores del calibre de Renoir, Cocteau, Vigo o menos conocidos como Jacques Decker.
Eso si, el peso de la cultura europea y en el caso francés en muchos casos la ocupación alemana, son elementos que no se dan en el cine norteamericano. Y eso confiere digamos mucho cuerpo, resta agilidad y la resultante puede llegar a aburrir. Pero no es una relación exacta. Y hay títulos magníficos. Este Adieu Poulet es un ejemplo.
Un gusto encontrarte por aquí

FATHER_CAPRIO dijo...

Jack: Como suscribes lo dicho por Pepe te dejo la misma respuesta y así me queda más tiempo para decir que es una gran alegría tenerte de nuevo en este tu blog. Fuiste uno de los primeros en compartir conmigo impresiones y lo sigues siendo.
Un abrazo