Minnelli bien merece un estudio personalizado. Y los amantes del buen cine de no importa qué tiempo, nos merecemos un ciclo Minnelli. Bien, pues una película que no puede faltar es “El padre de la novia”. A algunos les sonará este título más por su remake con Steve Martin que por este trabajo donde luce con su mejor estrella Spencer Tracy. No es cierto eso de que segundas partes nunca fueron buenas pero generalmente las primeras son mejores y por ello animan a repetir en busca del éxito que aquellas consiguieron.
Siempre he defendido la idea de que las comedias son un género que, sacado de su tiempo y sus contextos, se diluye como la sacarina en el agua. Las carcajadas se tornan, con suerte, sonrisas y las sonrisas, mohines, y el efecto es especialmente acusado cuando las películas de otro tiempo son vistas en la soledad del espectador de fondo frente al televisor. Los espectadores de otro tiempo y de otro hábitat estamos inhabilitados para aportar esa complicidad que muchas veces el humor “cotidiano” exige. Sin embargo, la cosa cambia cuando las situaciones no están tan localizadas en una época y en un lugar. Tal es el caso de El padre de la novia.
Porque los temores, las preocupaciones y los comportamientos de El padre de la novia son universales. Y todos quienes hayan vivido situaciones análogas – aún no es mi caso – encontrarán similitudes aunque evidentemente exageradas para desencadenar sonoras carcajadas. La actuación de Spencer Tracy como padre de una prematrimonial Elizabeth Taylor es una gozada para quienes nos gusta esto y está en la línea de sus mejores papeles. Preocupado en principio por la condición del novio, obligado a un interrogatorio en el que es el propio progenitor quien acaba confesando, y estresado por el montaje de una boda que se pretendía sencilla pero que acaba convirtiéndose en una representación multitudinaria y plena de convencionalismos, Tracy sabe dotar al personaje de un carácter especial mezcla de simplismo y de veneración por su hija.
El gran mérito de Tracy es esa identificación con el hombre corriente. Muchos de nosotros nos reconocemos en algunas de sus actitudes o de sus pensamientos. Sabemos que exagera, pero también sabemos que todo respira realidad por los cuatro costados. Minnelli sabía que era el actor ideal para dar al personaje esa ambivalencia cómico-dramática, y por ello aunque se barajaron nombres como el de Jack Benny, acabaron convenciendo a un molesto Tracy que no le gustaba ser plato de segunda mesa.
Su éxito en taquilla se vio potenciado con la boda real de Liz Taylor con el heredero del imperio Hilton, Conrad Nicholas Hilton, poco antes del estreno. Contaba 18 años. La MGM aprovechó la buenísima acogida del film para una secuela “El padre es abuelo” también protagonizada, como no podía ser de otro modo, con los mismos actores, entre los que, además de los citados, destacar a una excelente Joan Bennet, en un papel algo madurito pero en el que deja sellos de su incuestionable calidad.
Siempre habrán aquellos a los cuales este enfoque de la vida americana sin problemas de verdad y muchos whiskys, martinis y Coca Colas en publicidad no encubierta, les parezca deplorable y rechacen de plano la película. Hay que respetar cualquier opinión. Sin embargo, bajo mi criterio, el tratamiento desenfadado de ciertos temas o la imagen de clase que a veces ofrece el cine, especialmente el clásico, no nos nubla la visión y sabemos que hay situaciones reales crudas y descarnadas. Una cosa no excluye la otra. Y el que nos riamos durante hora y media con las peripecias de un padre al que se le casa la hija no excluye que tengamos plena conciencia de las injusticias sociales sean del país que sea.
Puntuación: 8,00
!!! FELIZ 2012 PARA TODOS !!!
8 comentarios:
¡Me encantan las dos ! Las de Tracy digo.( actor que venero )
Y es tal el recuerdo que tengo de ellas que me las he regalado éstas fechas y estoy dispuesta a darme el gustazo de verlas de un tirón.
¡Saludos y feliz año !
Una nueva coincidencia a añadir a las que ya llevamos. Celebro que te gusten. Realmente de la primera casi todo el mundo habla bien. La segunda,que no he visto, no tiene tan buenas críticas aunque me gusta juzgar por mi mismo y valoro los consejos de la gente a la que considero. Tu caso. Y tu entusiasmo es muy significativo.
¡Saludos y repito Feliz año 2012!
Yo veo de todo y no solo tiene que ser drama, la comedia puede buscar el tema que le apetezca y ya depende de la propuesta y su calidad, Tracy es un buen actor y verlo con Taylor debe ser interesante. El cine americano clásico es infaltable para cualquiera que le guste el séptimo arte. Y recojo la recomendación para más adelante. Feliz año. Saludos.
¡Feliz año, Father! Que sigamos viendo buenas pelis y hablando de ellas.
Me parece acertadisima tu eleccion,tengo las dos,la 1ª es una buena comedia con una excelente interpretacion de Tracy.
Me encanta la voz en off que nos va describiendo la forma de pensar
sobre la situacion del mismo Tracy.
La belleza madura de Bennet y la expectacular y sexy Taylor.Un gran
acompañamiento.
La 2ª es inferior pero divertida tambien,tiene una escena con el niño en el parque.
Feliz Año amigo
Mario: Coincido plenamente en que la comedia es un género mayor. Siempre se dijo que es más dificil hacer reir que llorar. Todo está en echarle imaginación, ideas, etc y calidad a lo que se hace. Las comedias actuales (no generalizando)no dedican mucho tiempo previo a diseñar un guión y suelen abundar los gags burdos cuando no desagradables.
Ahora, eso si, cuando estamos viendo una comedia no estamos necesariamente juzgando una clase social o política o cosas así. Lo cual no significa que no nos preocupemos por lo que es la dura realidad de donde sea. Y eso lo dije por muchas críticas que menospreciaban la película porque veían en ella mucha superficialidad, por decirlo de algún modo.
Welles: ¡¡¡ Las cosas que hemos visto y las que seguiremos viendo, eh sir John !!!
Saludos
Atticus: La 2ª espero verla pronto. La primera es magnífica. Y agradezo tu apunte respecto a la voz en off, le da un aire "dramático" que se contrapone y apuntala a la vez la comedia.
¡Que decir de las actrices! De las dos, pero reconozco cierta debilidad por Joan Bennet, aunque la Taylor esté ciertamente en el altar de los altares cinematográficos.
Saludos
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