No
es la primera vez que manifiesto mi interés por el llamado polar francés. Ese
cine negro americano al que el Sena y los conflictos de la vieja Europa dieron
un “air” diferente y especial. Es verdad que “Le desordre et la nuit” puede
encuadrarse también en un mucho más amplio género policial, pero los rasgos
identificativos del noir son evidentes: La noche y esas salas de fiesta
regentadas por presuntos delincuentes, donde todo es turbio y la legalidad
depende muchas veces de la disposición a colaborar con el “flic” de turno, son
elementos claramente definidores del polar galo. También Gabin compone un
personaje que si bien recuerda a su irrepetible Maigret, lo “humaniza” en tanto
sucumbe al poder de seducción de Nadja Tiller en su rol de una prostituta alemana amante del
mafioso asesinado. En este juego de claroscuros el policial se nos vuelve “noir”
y el resultado es altamente positivo.
Se
ha dicho, que este tipo de films franceses de los años 50 sigue unos parámetros
muy similares. Con la droga como centro y los cabarets como hábitat natural, la
trama suele girar alrededor de algún gángster preferentemente de orígenes italianos
y contar siempre con la presencia de la imprescindible mujer fatal “siempre con
problemas”. Las diferencias las suele poner La Rue des Orfebres, asignando el
caso a uno u otro inspector. Así diferenciamos entre los casos asignados a Lino
Ventura, a Alain Delon o a Jean Gabin. Tres eran tres. Y todos ellos, cada uno
con su estilo, resuelven el caso, cuestión que tenemos clara desde el
principio. Así que, igual que si leyésemos una novela de Simenon, lo importante
está en el quien, pero sobre todo en el cómo lo resuelven.
“Simoni”
traficante de drogas y propietario de una “boîte” en Pigalle “la nuit” es
asesinado en el Bois de Boulogne (otro parámetro bastante frecuente) y todos
los indicios parecen apuntar a un asunto sentimental, por lo que la
investigación del inspector Vallois (Gabin) se centra en su amante alemana Lucky
Fridel (Nadja Tiller). Pronto se verá que la relación digamos profesional va
dejando paso a otra más profunda y sentimental que amenaza con quebrar los
principios de Vallois como representante de la ley y el orden. Una trifulca en
una fiesta acaba en una cura de primeros auxilios por una farmacéutica
(Danielle Darrieux) amiga de Lucky. Esto y las declaraciones del padre de la
alemana, darán nueva luz al caso.
Con
50 años, Gabin, no estaba muy por la labor de papeles de galán. Sin embargo no
pareció disgustarle esta mezcla prohibitiva de “flic” y amante. “Eres un buen
amante pero un sucio policía” llega a decirle ella. Claro que Nadja Tiller era
una mujer de armas tomar y en esta película está francamente atractiva y
seductora. Sin embargo, aunque estamos frente a dos buenas interpretaciones (en
especial Gabin) y a una trama de interés, hay otro plato fuerte en el film,
cual es la presencia de una gran artista de color, toda una institución en el
mundo de la música de jazz, cual fue Hazzel Scott, quien, recaló en este film
merced a las artes inquisitoriales del ínclito McCarthy. Hazzel, quien fue la
primera mujer negra en tener su propio show en la TV norteamericana, está
impresionante, en sus canciones e incluso podría destacarse su trabajo como
actriz. Ni decir tiene que la banda sonora del film es espléndida y contribuye
a elevar la nota de una película ya de por si interesante. Los diálogos de
Michel Audiard son excelentes y deberé recordar su nombre en el futuro. Por
descontado la dirección de Gilles Grangier, para quien Gabin ya había trabajado
en otras ocasiones, pone el punto de calidad definitivo a una película muy
recomendable.
Puntuación: 7,85
Puntuación: 7,85
6 comentarios:
Entre el mucho cine que uno ha visto seguro que habrá alguna película de este director, al menos en mis tiempos mozos, cuando las sesiones contínuas me dejaban sin cenar si había alguna película que me gustase. Entonces tuve mi pasión francesa, recuerdo a las turistas galas con sus primeros bikinis en mis playas. Posteriormente, y cunado además de ver cine me ha gustado leer sobre el cine, se ha producido un rechazo al chauvinismo cinematrográfico francés, del que Cahiers du Cinema tuvo mucha responsabilidad. Estoy repasando bastante cine francés, pero permíteme que pase de esta película porque tengo un montón de cine que me gustaría ver y volver a ver antes de perder, vista, audición o conocimiento, que todo llega. Saludos
Me gusta mucho el polar francés. Curiosamente una de mis preferidas es "El ejército de las sombras" con Lino Ventura que aunque esté ambientada en la ocupación está narrada como un polar.
Me apunto esta película. Gabin siguió haciendo papeles de comisario y policiales hasta una edad muy avanzada, casi como John Wayne haciendo de cowboy. Saludos. Borgo.
El buen cine frances es necesario
para cualquier buen cinefilo y te doy la razon en todo lo que has puesto sobre este film.
Muy recomendable,si señor.
Un placer como siempre amigo Father.
Saludos.
Jack: Yo provengo de un desconocimiento casi total del cine francés anterior a la nouvelle vague. Y me parece que hubo vida antes de Truffaut. En lo del chauvinismo estamos ciertamente de acuerdo. Y en lo del tiempo y sus consecuencias...
Un abrazo
Miquel: Has citado una de las películas insignia de un cine francés que merece un repaso completo más allá de esa corriente innovadora que fue la nouvelle vague a la que reconozco su merito y su fuerza aunque haya cosas que me atraigan poco. Directores como Carné, Renoir, o este mismo Grangier me parecen muy interesantes y a seguir.
Un saludo
Atticus:
El buen cine es necesario y en el francés encontramos trabajos excepcionales quizás ocultos tras todo el fenomeno de una nouvelle vague que sin restarle méritos surgió de un sustrato perfectamente abonado.
Un abrazo
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