sábado, 16 de febrero de 2013

EL DESORDEN Y LA NOCHE (GILLES GRANGIER - 1958)




No es la primera vez que manifiesto mi interés por el llamado polar francés. Ese cine negro americano al que el Sena y los conflictos de la vieja Europa dieron un “air” diferente y especial. Es verdad que “Le desordre et la nuit” puede encuadrarse también en un mucho más amplio género policial, pero los rasgos identificativos del noir son evidentes: La noche y esas salas de fiesta regentadas por presuntos delincuentes, donde todo es turbio y la legalidad depende muchas veces de la disposición a colaborar con el “flic” de turno, son elementos claramente definidores del polar galo. También Gabin compone un personaje que si bien recuerda a su irrepetible Maigret, lo “humaniza” en tanto sucumbe al poder de seducción de Nadja Tiller en su rol de una prostituta alemana amante del mafioso asesinado. En este juego de claroscuros el policial se nos vuelve “noir” y el resultado es altamente positivo.


Se ha dicho, que este tipo de films franceses de los años 50 sigue unos parámetros muy similares. Con la droga como centro y los cabarets como hábitat natural, la trama suele girar alrededor de algún gángster preferentemente de orígenes italianos y contar siempre con la presencia de la imprescindible mujer fatal “siempre con problemas”. Las diferencias las suele poner La Rue des Orfebres, asignando el caso a uno u otro inspector. Así diferenciamos entre los casos asignados a Lino Ventura, a Alain Delon o a Jean Gabin. Tres eran tres. Y todos ellos, cada uno con su estilo, resuelven el caso, cuestión que tenemos clara desde el principio. Así que, igual que si leyésemos una novela de Simenon, lo importante está en el quien, pero sobre todo en el cómo lo resuelven.


“Simoni” traficante de drogas y propietario de una “boîte” en Pigalle “la nuit” es asesinado en el Bois de Boulogne (otro parámetro bastante frecuente) y todos los indicios parecen apuntar a un asunto sentimental, por lo que la investigación del inspector Vallois (Gabin) se centra en su amante alemana Lucky Fridel (Nadja Tiller). Pronto se verá que la relación digamos profesional va dejando paso a otra más profunda y sentimental que amenaza con quebrar los principios de Vallois como representante de la ley y el orden. Una trifulca en una fiesta acaba en una cura de primeros auxilios por una farmacéutica (Danielle Darrieux) amiga de Lucky. Esto y las declaraciones del padre de la alemana, darán nueva luz al caso.


Con 50 años, Gabin, no estaba muy por la labor de papeles de galán. Sin embargo no pareció disgustarle esta mezcla prohibitiva de “flic” y amante. “Eres un buen amante pero un sucio policía” llega a decirle ella. Claro que Nadja Tiller era una mujer de armas tomar y en esta película está francamente atractiva y seductora. Sin embargo, aunque estamos frente a dos buenas interpretaciones (en especial Gabin) y a una trama de interés, hay otro plato fuerte en el film, cual es la presencia de una gran artista de color, toda una institución en el mundo de la música de jazz, cual fue Hazzel Scott, quien, recaló en este film merced a las artes inquisitoriales del ínclito McCarthy. Hazzel, quien fue la primera mujer negra en tener su propio show en la TV norteamericana, está impresionante, en sus canciones e incluso podría destacarse su trabajo como actriz. Ni decir tiene que la banda sonora del film es espléndida y contribuye a elevar la nota de una película ya de por si interesante. Los diálogos de Michel Audiard son excelentes y deberé recordar su nombre en el futuro. Por descontado la dirección de Gilles Grangier, para quien Gabin ya había trabajado en otras ocasiones, pone el punto de calidad definitivo a una película muy recomendable.

Puntuación: 7,85

6 comentarios:

Jack dijo...

Entre el mucho cine que uno ha visto seguro que habrá alguna película de este director, al menos en mis tiempos mozos, cuando las sesiones contínuas me dejaban sin cenar si había alguna película que me gustase. Entonces tuve mi pasión francesa, recuerdo a las turistas galas con sus primeros bikinis en mis playas. Posteriormente, y cunado además de ver cine me ha gustado leer sobre el cine, se ha producido un rechazo al chauvinismo cinematrográfico francés, del que Cahiers du Cinema tuvo mucha responsabilidad. Estoy repasando bastante cine francés, pero permíteme que pase de esta película porque tengo un montón de cine que me gustaría ver y volver a ver antes de perder, vista, audición o conocimiento, que todo llega. Saludos

miquel zueras dijo...

Me gusta mucho el polar francés. Curiosamente una de mis preferidas es "El ejército de las sombras" con Lino Ventura que aunque esté ambientada en la ocupación está narrada como un polar.
Me apunto esta película. Gabin siguió haciendo papeles de comisario y policiales hasta una edad muy avanzada, casi como John Wayne haciendo de cowboy. Saludos. Borgo.

ATTICUS dijo...

El buen cine frances es necesario
para cualquier buen cinefilo y te doy la razon en todo lo que has puesto sobre este film.
Muy recomendable,si señor.
Un placer como siempre amigo Father.
Saludos.

FATHER_CAPRIO dijo...

Jack: Yo provengo de un desconocimiento casi total del cine francés anterior a la nouvelle vague. Y me parece que hubo vida antes de Truffaut. En lo del chauvinismo estamos ciertamente de acuerdo. Y en lo del tiempo y sus consecuencias...

Un abrazo

FATHER_CAPRIO dijo...

Miquel: Has citado una de las películas insignia de un cine francés que merece un repaso completo más allá de esa corriente innovadora que fue la nouvelle vague a la que reconozco su merito y su fuerza aunque haya cosas que me atraigan poco. Directores como Carné, Renoir, o este mismo Grangier me parecen muy interesantes y a seguir.

Un saludo

FATHER_CAPRIO dijo...

Atticus:

El buen cine es necesario y en el francés encontramos trabajos excepcionales quizás ocultos tras todo el fenomeno de una nouvelle vague que sin restarle méritos surgió de un sustrato perfectamente abonado.

Un abrazo