viernes, 23 de octubre de 2020

THE LAUGHING POLICEMAN (STUART ROSENBERG, 1973)

 
 
The laughting policeman es una amigable figura popular británica a la par que una canción cuyo estribillo es una continua y estruendosa carcajada. Es evidente que la relación con el inspector Jack Martin (Walter Matthau) es completamente nula, tanto es así que la sonrisa final (por la feliz resolución del caso) fue rechazada a dúo, tanto por Matthau como por Rosenberg. Bien mirado hubiera resultado una "boutade", algo pretendidamente ingenioso destinado a impresionar, lo cual sin duda habría conseguido pues una sonrisa de Matthau hubiese dejado a los espectadores sin capacidad de reacción.

Estamos ante una película de los 70 ambientada al parecer con bastante verosimilitud en la ciudad de San Francisco, lo cual no deja de tener cierto mérito si tenemos en cuenta que la obra de la que parte fue escrita por una pareja sueca: Per Wahlöö y Maj Sjöwall y formaba parte de una serie de diez novelas sobre el detective Martin Beck cuyo centro operacional era Estocolmo. Cambiemos Martin Beck por Jack Martin y el clima nórdico por la templanza californiana y estaremos reconstruyendo siquiera parcialmente esta "San Francisco, ciudad desnuda" aunque los personajes, las situaciones y sobre todo la delincuencia en sus múltiples formas, hubieron de sufrir un trabajo de adaptación importante.

El asesinato de 8 personas y el conductor, en un autobús urbano, entre ellas un policía compañero habitual de Jack Martin, supone el inicio de una investigación cuyo desarrollo, con sus aciertos y sus pasos en falso, podemos seguir al detalle. Al frente del operativo tenemos a Jack Martin y junto a él a su nuevo compañero Leo Larsen (Bruce Dern), dos caracteres radicalmente opuestos, actores de un juego poli malo-poli bueno, en este caso más natural que fingido. Abro un simulado paréntesis para recoger el agradecimiento que tuvo siempre Dern hacia Matthau por haberle escogido expresamente para el papel, cierro paréntesis. Martin, Larsen y su equipo, investigan la identidad, vida y milagros de los fallecidos, incluso la declaración in "artículo mortis" de uno de ellos, "peinan" las calles, antros y garitos. Abren, a nuestros ojos de espectadores privilegiados, la investigación del mundo del porno, de la homosexualidad y de la droga, incluso el de las transacciones entre los delincuentes y las fuerzas de la ley donde acaba primando el interés policial por el delito más grave, en este caso el asesinato de un compañero.

Un exhaustivo estudio de los procedimientos policiales en el que participamos desde un lugar privilegiadamente tranquilo sin que nadie finja acordarse de nosotros y complementar lo que observamos con una tesis doctoral explicativa. Se nos reconoce nuestra madurez para pensar y extraer conclusiones por nosotros mismos. Queda acreditada nuestra capacidad para extraer el trigo de la paja, aunque a fuer de ser sinceros se ha recogido más paja de la conveniente y nuestra visión corre el riesgo de acabar nublada y polvorienta. Y es que, por mucho que Rosenberg valore nuestras habilidades, la realidad es que nos faltan muchas horas de patrullar calles y comernos muchos marrones. Por eso, no considero ninguna deshonra el haberme perdido en unas cuantas ocasiones y pulsar repetidamente el REW para retomar un hilo que se esfumaba peligrosamente. 

El título británico para este film fue el muy descriptivo y ajustado a la realidad " An investigation of Murder", una investigación que acaba desnudando como declara el título hispano un San Francisco multiracial, oscuro y diverso, con sus calles empinadas y sus personajes siempre un paso más allá de las fronteras de la ley. Una película-documento donde la realidad se impone a la ficción y donde nada parece impostado. Y aunque es cierto que las ciudades cambian, todas tienen su aroma especial, y esta tiene el  sabor genuino y americano de los 70. Un aroma que la magia del cine consiguió hacer llegar hasta nuestros sentidos. Ciertamente Estocolmo quedaba muy lejos...
 
Puntuación: 7,15 

 

2 comentarios:

Las cosas que hemos visto dijo...

La peli se deja ver sobre todo por Matthau y Dern. Las novelas de la pareja sueca, en general, estupendas. Saludos.

FATHER_CAPRIO dijo...

Es un film interesante, sobre todo por ese toque de "cotidianeidad policial". Eso si, gana muchos enteros con Matthau (quien no es precisamente la alegría de la huerta) y Dern, que está excelente.