sábado, 12 de diciembre de 2020

NEW WOMEN (CAI CHUSHENG, 1934)

 


 
 
 
A pesar de mi curiosidad cinéfila y cultural, mis aproximaciones al cine asiático son menos frecuentes de lo que desearía. En esta ocasión, la elección de la película, como casi siempre aleatoria, ha significado un tiro al blanco con la precisión del ojo de halcón. Como en Bienvenido Mr. Marshall les debo una explicación y voy a dársela: En Mayo 2014, en otra de mis escasísimas incursiones en el cine chino comenté en este blog la muy interesante película "The goddess" dirigida por Wu Yonggang y protagonizada por la excelente actriz Ruan Lingyu. En mi crítica hablaba del trágico final de la actriz y de su similitud con el de una de sus ultimas películas: "Nuevas mujeres". Hoy, más de seis años después, una figurada ruleta se ha acabado deteniendo sobre ésta última, entre una numerosísima variedad de posibilidades. Y aún más sorprendente es el hecho de que, con las dificultades que tenemos los occidentales para identificar los rasgos orientales, desde el primer momento la Ruan Lingyu de "Nuevas mujeres" traía a mi recuerdo la de "The Goddess". Sin duda una casualidad pero estarán conmigo en que tiene su punto "cuarto milenista".
 
Ambos films suponen una crítica mirada al lugar de la mujer en la sociedad china de principios del siglo XX. The goddess lo hace desde una óptica más centrada en la prostitución, entendida como el único camino donde la mujer puede hallar su propia supervivencia. "Nuevas mujeres" parece ofrecernos una visión más amplia, con las mujeres tratando de incorporarse a otros sectores sociales, la educación o la literatura entre ellos, ante el rechazo de una sociedad de reglas masculinas que relega a las mujeres a los mismos papeles tradicionales de siempre, léase concubinato, esclavitud y similares. Algunas frases son suficientemente explícitas de lo dicho: "Matrimonio, ¿Qué me puede dar el matrimonio?. Compañía para la vida ¡También podría llamarse Esclavitud para la vida!" o ésta otra: "¿Quieres que me venda? ¡Solo las esclavas venden su cuerpo! a lo que la "madame" replica "Tienes razón. Pero si las mujeres queremos ganar un poco de dinero en un mundo como éste ¿Qué otro camino nos queda?" Un desolador panorama para cualquier mujer y especialmente duro cuando como es el caso de nuestra protagonista se tienen inquietudes artísticas y únicamente el editor acepta publicar su libro tras conocer que se trata de una mujer joven y atractiva.
 
Sería un error calificar el film de melodramático. Estamos ante un drama con mayúsculas y donde la música la ponen las lágrimas de rabia e impotencia goteando sobre una taza de te. El drama, además, no está en el cine sino en la vida y en una sociedad injusta que antepone sus rastreros propósitos a la misma existencia de las personas. Y da igual que sea la sociedad que sea, la oriental o la occidental, el este o el oeste, la tradición o la modernidad. El cine, como en este caso, es un espejo donde se refleja la vida o algo que las mujeres llamaban vida allá por el 34 en la China de Confucio. Por ello, aunque nos impacte, entendemos que lejos de los focos, las bambalinas y las candilejas la propia Ruan Lingyu a sus 24 años no distinguiera la podredumbre del celuloide de la existente en la realidad y al final, de tanto repetir "¡Quiero vivir!" acabaran flaqueándole las fuerzas.
 
El cine, como escuela de la vida, tiene asignaturas opcionales y obligatorias. Y esta es absolutamente obligatoria para pasar curso y acabar graduándonos.
 
Puntuación: 8,50

 

1 comentario:

Las cosas que hemos visto dijo...

Vi La diosa y me decepcionó. Esta la tengo apuntada, a ver si me gusta más.
¡Feliz año y feliz cine!