domingo, 25 de noviembre de 2007

ANIBAL ( CARLO BRAGAGLIA - 1959)


Las pelis de romanos tuvieron su momento álgido en los cines españoles durante aquellos años de castidades obligadas y de poco mundo, bastante demonio y nada de carne. Fuimos una generación que aprendió a besar al amparo de Nerones, Calígulas, Mesalinas y otros Cayos. Y claro, lo único que recordamos, como dice Sabina, es que echaban una de romanos, pero los argumentos pasaban al olvido con facilidad pasmosa. Sobrevivieron Ben-Hur y Espartaco, claro que estas eran palabras mayores. El resto se fueron amontonando y empolvando en el cuarto oscuro de nuestra memoria.

Me prometo solemnemente a mi mismo, irlas rescatando de esos injustos olvidos. Pero claro, ellas (las películas) también deberán poner de su parte porque sino la cosa va a ser difícil. Digo esto porque, en esta labor arqueológica de recuperación de valores que el tiempo ha enterrado en sus arenas, me he topado con Anibal, película sobre el militar cartaginés que, con elefantes y muchos redaños (ahora se llaman de otra manera) atravesó los Alpes y le echó un pulso a la todopoderosa Roma. El tema daba para bastante pero la cosa se queda en proyecto, en película serie B, siendo generoso, con un Anibal (Victor Mature) más cercano a las hermanitas de la Caridad que a la idea que nos fuimos forjando, tiza a tiza y pupitre a pupitre, de aquellos pueblos llamados bárbaros por contraste con la civilitas romana.

Puede ser que Anibal fuese, además de general cartaginés, un Romeo romántico y enamoradizo. ¿Porqué no?. Tal vez las imágenes que nos hemos ido forjando de los personajes de la Historia no sea concordante con la realidad, pero me resisto a creer que esta imagen de un Anibal al gusto del público femenino fuese la cierta y suya. Claro que el cine tiene la facultad de crear mundos paralelos, de adecuar la realidad a la ficción, pero siempre tendrá que haber límites intocables. Un Cid Campeador a lo flor de loto ó un Torquemada estilo San Juan de la Cruz no resultan demasiado creíbles. Pues lo mismo un Anibal en plan fino, educado y en un tris de echar a rodar toda su campaña transalpina por una mujer romana.

¿Algo positivo en la película? Bueno, a los elefantes se les ve bien entrenados de lo que deduzco que había buenos circos por aquellos tiempos. Algunos enclaves, entre nieves y primaveras, están bien elegidos y al tratarse de una película sobre movimientos de tropas, pues la dirección de tanto extra no debió resultar fácil. Poco más.

A Victor Mature, especialista en papeles históricos no le han confeccionado un papel a la medida de su categoría, que la tiene y mucha. Recordemos su Doc Holiday de Pasión de los Fuertes de Ford. Y el resto por el estilo. Hasta las batallas parecen de flores más que de armas.

Escondidas en la serie B seguro que hay otras de romanos. No desespero de encontrar alguna pequeña joyita. Pero esta será, evidentemente, otra historia.





3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un ejército berebere siguió a Anibal a través de los Alpes hasta el corazon de Italia.

Anónimo dijo...

Epopeya de Anibal, recordada recientemente en Murcia, en mitin de Don Mariano Fernández Bermejo

Anónimo dijo...

Viendo esta película me ha traido a la memoria un género llamado cine dentro del cine. Pues sería interesante una película en la que se describiese por qué el director de Anibal decidió realizar ese compendio de anacronismos (ni las tropas estaban ubicadas con esa posición respecto al río; ni aparece un sólo hondero; ni la caballería combatía de ese modo en aquella época, etc., etc.).