viernes, 26 de marzo de 2010

NIAGARA (HENRY HATHAWAY - 1953)


Con esta película de Hathaway las cataratas del Niágara superan su auténtica prueba de fuego al resistir, con dificultades eso sí, las comparaciones con otra de las maravillas del mundo cinematográfico: Marilyn Monroe.



Y es que Marilyns hay muchas, incautas, femeninas, sugerentes, atrevidas, graciosas y hasta guerreras, pero la Marilyn de Niágara es la mujer en plenitud, la que se sabe bella y le gusta que los demás la contemplen, la de los labios rojos y reventones, la de los vestidos apretados, la de las curvas incontenibles, la del bamboleo viajando sobre tacones, la de las sabanas mimosin acariciando su cuerpo desnudo… Como dice Joseph Cotten su marido en la ficción “la de los grandes escotes que enseñan hasta las piernas”. Esa es la Marilyn de Niágara. ¿El resto de la película? Bueno, sí, no sabe no contesta. Esperen que recuerde…


Bromas aparte, Henry Hathaway sabe dirigir con pulso firme un film donde dos estrellas rivalizan por captar la mirada del espectador. Marylin y las cataratas son las dos stars de un film que hubiese podido ser filmado por el mismísimo Hitchcock y que tiene todos los ingredientes del cine del mago del suspense, aunque don Alfredo dotaba a sus películas de un elemento diferencial y sorpresivo que tal vez aquí se eche de menos. Ciertamente la trama y el desenlace resultan algo predecibles y eso mengua la nota. Estamos ante un notable film de intriga y suspense pero sin esa magia con la que el orondo inglés vestía su cine.

Con tales stars, la fotografía resulta lo mejor de la película. Los susurros cantarines de la diva están bien pero el film no es especialmente identificable por su banda sonora. Por lo que hace a la actuación de Cotten quiero calificarla de excelente en un personaje con evidentes desequilibrios mentales y un tanto poco pollo para el mucho arroz de Marilyn. Interesante también el papel de Jean Peters, actriz que también luce un palmito destacable entre tan dura competencia. La escena de la fotografía en bañador, de perfil y tomando aire, todo un lujo para la vista, aunque olvidarse de sus dotes artísticas sería imperdonable.

Resumiendo, Niágara es una película de visión obligada. Todo invita a ello. Y es además una buena forma de hacer turismo, algo más económica y con muy buena compañía. Eso sí, procuren llenar bien los depósitos de combustible.




4 comentarios:

Marcos Callau dijo...

Es una película redonda que, como dices, bien pudiera haber filmado Hitchcock. Me gusta mucho cómo está aquí Marilyn y las Cataratas del Niágara también pero para mí es Joseph Cotten quien realiza elpapel más soberbio de esta película. Pero no me sorprendió. Cotten siempre estuvo bien. Recuerdo al pintor de Jennie, al atribulado hombre de "El tercer hombre", "Sed de mal", "Ciudadano Kane"... bueno el tío tiene una colección de obras maestras...
Un gran post, amigo. Me ha gustado mucho tu blog y la dirección me ha hecho reír. Desde hoy te sigo.

PD: Esas Marilyns que tan bien defines al principio nos llevarán siempre de cabeza, amigo.

FATHER_CAPRIO dijo...

Marcos, bienvenido y gracias por tu comentario.

Por lo que se refiere a capacidades interpretativas estoy contigo en que Cotten es el mejor de la película. Un excelente actor. Añadamos La sombra de una duda precisamente de Hitchcock.

Pero Niágara no es Cotten ni siquiera Hathaway, casi ni las cataratas. Niágara es Marilyn por lo que todos vemos y hasta por lo que intuimos.

Y es que el cine y Marilyn estaban condenados a entenderse: Ambos entran por los ojos.

Un saludo.

David dijo...

Hace muchísimo que no la he vuelto a ver. Pero recuerdo que la Jean Peters "aguantaba" la comparación como dices. Y es verdad Joseph Cotten estaba muy bien (pero este hombre siempre solía estarlo, ¿no?). Un saludo

ANRO dijo...

Ya me hubiera gustado a mí encontrarme con una maravilla así cuando estuve en Niagara. ¡Cómo me acordé entonces de esta peli y del vestido rojo de Marilyn embutido en su maravilloso cuerpo. Me acorde del soberbio Cotten y de sus celos. Me acordé del reloj y la melodía.....pero nada de eso estaba allí, salvo las cataratas. Miles y miles de turistas pululando por aquellos preciosos lugares.
En fin, siempre nos quedará esta peli para soñar.
Un abrazote