domingo, 12 de septiembre de 2010

EL SECRETO DE LOS INCAS (JERRY HOPPER - 1954)


Confieso que me acerqué a esta película desconociendo su relación con la idea germinal del personaje de Indiana Jones. Incluso voy más lejos, la indumentaria de Charlton Heston, claramente precursora de la del famoso aventurero arqueólogo, estaba por pasarme desapercibida cuando empecé a darme cuenta de la extraña similitud entre el disco solar de los Incas y uno de los tres discos que conducían hasta la Atlántida en una de las primeras aventuras gráficas de Lucas Arts con Indy como estrella naciente. Siquiera sea tarde, acabé intuyendo que el héroe del látigo se gestó en la ciudad inca de Machu Pichu entre tumbas de reyes y sacerdotisas y al arrullo de las cinco octavas de Yma Sumac.

El personaje de Harry Steele (llámeme Harry) no es el único antecedente, tal como confesaron Lucas y Spielberg, el Richard Widmarck de Huida hacia el sol (nazis incluidos) o la serie James Bond, fueron partes sine qua non en el parto. En el centro, Indiana Jones ascendiendo a los taquilleros altares cinematográficos desde las ignotas aguas de la serie B. Y, con prueba de paternidad contrastada, los Merlin de turno convirtiendo en oro todo lo que tocan.


Como habrán advertido es imposible efectuar un comentario de El secreto de los incas que bordee la génesis del héroe por excelencia. No obstante, la película por si misma, tiene atractivos suficientes: Charlton Heston, actor icono del cine de aventuras cuyos trabajos menos reconocidos para si los quisieran otros muchos actores y mi admiradísimo (el superlativo se queda corto) Thomas Mitchell, como malo de una película cuya única pretensión era entretener. Junto a ellos, Nicole Maurey, como fémina de turno decidida a compartir riesgos y a vivir aventuras, amorosas y de las otras.


Muchas coincidencias, aunque el carácter de Harry, complaciente gigoló de ladys in holiday, se barnizó convenientemente ocultando perfidias y resaltando virtudes. ¿El resultado? Indiana Jones surgiendo del Machu Pichu cual Venus surgiendo de las aguas. El héroe está servido.


 

4 comentarios:

David dijo...

¡Thomas Mitchell haciendo de malo!
Eso hay que verlo.
Aunque la película no me apetecía mucho a pesar de que hace años que yo sí sabía lo de su conexión con Indiana Jones. Pero bueno, si dices que no está mal... Antes está la de Dejad paso al mañana.
Un saludito.

El Despotricador Cinéfilo dijo...

A pesar de ser un amante incondicional de "Indiana Jones" (como todos los que hemos nacido en la década de los 70) nunca he tenido interés por ver esta película, no me atrae, aunque ahora quizás me anime, aunque solo sea, como dice David, por ver a Thomas Mitchell haciendo de malo.

Jack dijo...

De donde sacarás estas películas? Me parece que mi curiosidad no va por estos derroteros incas. Guardaré el tiempo para otra de las muy interesantes que recomiendas.

ANRO dijo...

Ahí está la maestría del Spielberg...sacar un excelente partido de un precedente olvidado. Spielberg no solamente lo puso al día sino que le dio el carisma suficiente para convertirlo en icono.Y eso que el Heston tenía clase de héroe.
Un abrazote.