El pánico, según la Real Academia de la Lengua, es un miedo extremado y a menudo colectivo. En esta película, como lo hiciese Lang con su Furia, el rasgo predominante es el de una masa aparentemente humana que como una apisonadora alimentada de estupidez se lleva por delante cualquier atisbo de legalidad, justicia o, cuando menos, sensatez.
Decía Duvivier que después de cuatro años viendo finales felices en Hollywood le apetecía, trás su vuelta a la vieja Europa, algo más acorde con la realidad, sabiendo que era muchísimo más fácil y cómoda la postura de un cine de hermosos encuadres y “poéticos” finales. Duvivier, coherente consigo mismo, construye una historia negra (yo no me atrevería a calificarla propiamente de cine negro ni de polar francés) donde desde el inicio se respira un aire de fatalidad como si la individualidad y el aislamiento debiesen pagar necesariamente su peaje.
La historia de Monsieur Hire, personaje de una clase social a medio camino entre el pueblo llano y una aristocracia latifundista decadente, paseando su soledad por las calles de una pequeña comunidad, representa para el propio Duvivier el film más significativo de su carrera porque “tiene algo que decir”. La acusación injusta del asesinato de una camarera es en el fondo una crítica de la estupidez, de la cobardía de quienes se esconden entre la multitud, de los bajos instintos, de la falsedad y de la carencia de sentimientos.
La imagen de Alice (Viviane Romance) torturada por su traición mientras da vueltas en una atracción de feria pone el contrapunto doloroso a una realidad que aparenta seguir sus ritmos de forma impasible y frente a la cual, el director se ha guardado aún su última carta, la fotografía de una venganza tardía pero justa, la sentencia de culpabilidad para una sociedad ciega y desbocada, manipulable y manipulada.
Recordar a Michel Simon, uno de los actores más interesantes que ha dado el cine francés de todos los tiempos cuyo compromiso interpretativo con sus personajes tiene el principio fundamental de la naturalidad. A su lado, el resto del elenco, declina inevitablemente.
Puntuación: 7,4
5 comentarios:
Qué buena pinta. A ver si me hago con ella. Un saludo.
Qué bueno era Michel Simon, lo recuerdo bien de "El tren" y como el buhonero sospechoso de "El cebo". Esta película me gustó aunque la vi hace bastantes años, tengo que revisarla.
Por cierto, Father, pienso dedicarte mi próximo post ya que me diste la idea con la película "Irma la dulce". Saludos. Borgo.
Mara: En la línea Furia de Fritz Lang o La Jauría humana de Arthur Penn, y si me apuras inclusive más dura porque hasta quienes deberían aplicar la ley se hacen partícipes. Muy recomendable.
Saludos
Miguel: Yo debo revisar las que citas. Añado (de Simon) "La poison" dirigida por Sacha Guitry, un director digamos especial...
Te agradezco de antemano tu dedicatoria. En este mundo de los blogs las influencias son mutuas y cada cosa que se escribe lleva mucho de los demas. Y desde luego Wilder, Irma La Dulce, Lemmon, Shirley o el propio Moustache dan mucho y buen juego.
Saludos
Me gustó más la adaptación de Patrice Leconte titulada Monsieur Hire, ¡buenísima! Y magnífica también la novela de Simenon, como muchas de las suyas.
Un abrazo.
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