Una película localista como esta parece demandar un público ad-hoc, versado o cuando menos conocedor de los acontecimientos que sirven de fondo a la historia que se relata. Siendo cierto, quiero pensar que no es condición imprescindible y que una cultura elemental junto a un espíritu observador y abierto, suplen en cierta manera las inevitables carencias. Es el caso de este film de Munk que, sirviéndose de retazos de la historia de Polonia durante la invasión nazi y de una posición del ejército húngaro un tanto ambigua (vista con ojos profanos) compone un retablo con dos aleluyas (y al parecer una tercera que no llegó a incorporarse al producto acabado), unidas por el paisaje común de una segunda guerra mundial con el nazismo en vías de derrota y hundimiento.
En la primera historia un miembro del Partido de Liberación de Polonia, poco deseoso de un servicio militar para su país, regresa a su hogar para encontrarse con su esposa entreteniendo sus soledades con un oficial húngaro quien propone a nuestro “héroe” la entrega de armas a la resistencia polaca. Dzidzius Gorkiewicz inicia así un viaje de ida y vuelta a Varsovia para contactar con las autoridades militares y decidir sobre la oferta armamentística. El entrecomillado no tiene más propósito que constatar la relativa facilidad con que son otorgados los títulos, incluso a borrachines, mujeriegos, vividores y en general seres bon vivant a los que el azar, el destino o lo que sea, han colocado en situaciones de las que no se sale o, si acaso acaban bien, confieren dignidades heróicas.
Esta primera parte de la película es como una sonata de primavera. Por todas partes, rezuma, como el néctar de las abejas, un humor al que hay que darle la calificación de negro, en tanto la situación bélica persiste, por mucho que las huestes de Hitler andaran tocadas que no hundidas. Trata de mostrarnos una cierta naturalidad en el comportamiento de las personas, una cierta normalización de los tics habituales, y lo hace provocando una sonrisa, leve eso sí, pero sonrisa al fin y a la postre, como cuando nuestro héroe es obligado a acarrear las inservibles pertenencias de una anciana a la que acabará comprando su carga por dinero.
La segunda parte supone un cambio de estación, no tanto climatológica sino anímica. El campo de concentración se apodera del paisaje dibujando la sonata de un otoño sombrío. En el barracón de los oficiales polacos se espera cansinamente el final del conflicto sintiendo el orgullo de que uno de sus camaradas, el teniente Zawistowski ha sido el único oficial que ha conseguido escapar. La realidad es bien distinta. Zawistowski buscado por la Gestapo se esconde entre las conducciones de la buhardilla misma del barracón comunitario. Ninguna sonrisa se asoma a nuestros labios de espectadores desconocedores de la realidad de un microcosmos polaco que nos resulta muy lejano. En su lugar sentimos la fuerza con que una mentira enardece los ánimos de unos hombres que hacen de su ausente compañero un auténtico héroe. Y ahora no lo entrecomillo…
Película para la reflexión. Probablemente, sus conclusiones y las mías no sean plenamente coincidentes. Da igual. Aquellos directores que dejan a los espectadores la tarea de contar verdades saben que son autores de infinitas películas. Yo soy una de ellas y mi valoración, mi verdad, es positiva.
Puntuación: 7,5 (Para mí: Mejor la segunda parte que la primera )
4 comentarios:
Desconocida para mi Father, pero ¡ qué bien lo cuentas! Haces que apetezca verla.
un placer pasar por aquí y quedarse un ratito leyendo tus reseñas.
Un abrazo y feliz año (a mediados de Enero)
Abril, gracias por tus palabras y puedes quedarte lo que quieras. Hay sofá libre,jajaja...
Nos leemos
Hola Father...cuanto tiempo por favor ,realmente se echa de menos a los placeres de este mundo cibernautico,y mi ausencia me hizo perderme este blog que le tengo mucha estima.
Un placer volver Father
Y la entrada sobervia como siempre,de un film que me pillaste,jajaja.
Gracias
Un abrazo
Atticus, a veces nuestro viaje por este mundo de la blogosfera tiene sus intermitencias, pero a los amigos se les recuerda con afecto. Espero darle mayor continuidad este 2014.
Un abrazo y gracias por tu visita.
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