sábado, 26 de abril de 2014

EL ULTIMO VIAJE (ANDREW L.STONE - 1960)


Antes de que el cine catastrofista tipo El coloso en llamas se pusiese de moda en las pantallas de todo el mundo, el director y productor Andrew L. Stone, realizó esta The Last Voyage sobre la tragedia del transatlántico S.S. Claridon, un crucero con más años de los convenientes que, según nos ilustra el narrador que nos acompaña a lo largo del film, recorría uno de sus últimos trayectos repleto de turistas en viaje de lujo hacia Japón. Es cierto que la tragedia del Titanic ocurrida en 1912 ya había originado unas cuantas películas al respecto pero, con esta excepción, The Last Voyage es un trabajo pionero del cine de calamidades de los 70.

La película se basa en hechos ciertos. La tragedia del Andrea Doria hundido en 1956 y con un pasajero aprisionado entre los escombros son referentes inmediatos de este film. Y por si ello no fuese suficiente, el verismo llega al punto de alquilar un buque en poder de una empresa de salvamento nipona destinado al desguace, como era el caso del S.S. Ille de France, retirado en 1959, para simular un hundimiento real con el compromiso de devolución al final del rodaje. Las gestiones y el rodaje posterior resultaron de lo más complicado pero, a diferencia del cine que años después utilizaría maquetas y efectos especiales, aquí, por decirlo de algún modo, estamos ante un cine natural, ecológico en cierta manera y desde luego con riesgos laborales para los actores y extras participantes.

Los efectos especiales son de alta calidad y fueron reconocidos con la nominación al Oscar en el correspondiente apartado a Augie “A.J.” Lohman, aunque les fue arrebatada la estatuilla por el trabajo efectuado para “The Time Machine”  por Gene Warren y Tim Baar Aunque ya sabemos que los Oscars no resultan, muchas veces, una herramienta de medición demasiado fiable, les aseguro que para estar en 1960 las escenas del hundimiento resultan totalmente creíbles y conseguidas.

La elección de los actores es un elemento fundamental en cualquier película. Contar con George Sanders, Robert Stack. Dorothy Malone, Edmond O,Brien o Woody Strode en un film  es un reclamo que sin duda atrae al espectador. A este respecto debo decir que especialmente Edmond O,Brien (sobresaliente) y Robert Stack (muy bien) confirman las expectativas. El resto: un tanto por debajo pero sin desentonar. 

 
Sin embargo uno tiene la impresión que, más allá de la dureza del naufragio y especialmente cuando se conoce que tiene antecedentes verdaderos, el director manipula de forma consciente nuestras sensibilidades con la figura de la hija del matrimonio Stack-Malone (eje de toda la trama)  quien además de ser el centro de una arriesgada operación de salvamento por parte de su padre toca nuestras fibras más profundas con su sufrimiento. Y aunque sepamos qué cine es cine  y las hayamos visto de todos los colores, cuesta quedarse impasible ante la desesperación de la niña. 
 
Del mismo modo, el desenlace, coincidente o no con los antecedentes del Andrea Doria, parece "convenirle" a una producción cinematográfica de los 60. Sin desvelarles nada, a mi me pareció un final consecuente con un cierto tono “lacrimógeno” de la historia y les confieso que la sensación de ser manipulado se me presentó durante bastantes momentos de la aventura. El cine es un negocio y debajo de todo están las taquillas. Esa es la idea que coexiste con otros buenos momentos que el film tiene donde destacan los efectos especiales creados por profesionales de prestigio. A la vista están…

Puntuación: 7,00

3 comentarios:

Allmanzor dijo...

Esta película la vi cuando era niño en mi Argentiba natal, y siempre tuve ganas de volver a verla. Uno piensa que buebo, al ver algo cuando se es niño, se recuerda mejor de lo que es. Pero en este caso, felizmente no fue así. Al volver a verla en este 2023, me sorprendió el realismo, el drama y las miserias de los personajes. Enorme el maquinista que ayuda a los protagonistas, y que hoy en día podría ser él mismo el protagonista contando la historia desde su punto de vista. Me encantó el filme y estoy buscando como loco información sobre cómo se realizó. Hay tomas del barco que claramente son una imagen fija sobre el mar en movimiento, pero se perdona por la época y hay que fijasrse para captarlo, je. Sobresaliente.

Danisiah1 dijo...

La película fue filmada a bordo del antiguo Ile de France, un transatlántico de 1927 ícono del ArtDeco, que para 1959 fue arrendado por la productora al astillero japonés donde lo iban a desmantelar. Lo único que no se filmó enteramente en aguas japonesas fueron las tomas de los botes salvavidas por la proliferación de medusas. Por lo anterior, todas las tomas de hundimiento, sets, y del barco a flote son, pues, reales. Y esto causó indignación por parte de la CGT (antigua dueña del navío), que prohibió cualquier alusión al barco o a la compañía en los créditos, aún si ya no eran los dueños del buque, porque imagina ver en pantalla la demolición controlada de un elemento que fue clave en tu éxito como empresa.

Espero le haya servido, saludos desde Quanaxhuato.

Danisiah1 dijo...

Tuve la oportunidad de ver por primera vez esta película en compañía del chico que me gusta. Si bien, la sentí lenta y sin demasiada profundidad al inicio, las tomas de salvamento, la negligencia del capitán y el pánico general se sienten tan auténticos como pocas películas. La enorme ventaja de sets (literalmente) acordes a la trama, y como amante de los transatlánticos, me deleitó sobremanera. Me gustó al final.