Una
voz en off nos introduce en la película asegurándonos que está
inspirada en distintos casos reales. Es cierto que las vivencias de
la población alemana en una situación posbélica ofrecían
argumentos para muchísimos films. Un país derrotado y dividido,
donde muchos individuos disfrazan con falsas máscaras su verdadera
identidad mientras esperan que el transcurrir del tiempo enfríe los
odios y restañe heridas.
Este
es el panorama al que se enfrenta un grandísimo actor metido en
tareas de dirección, una vez retornado a su Alemania natal. Un
hombre que se convirtió en uno de los imprescindibles del cine USA
de su tiempo y que junto a actores de la talla de Bogart, Gable, Boyer o el propio Cary Grant participó en obras imprescindibles de la filmografía mundial. La
presencia de Peter Lorre y sus ojos saltones ha conferido un plus de
calidad a cualquier film que contase con su presencia. Sin embargo en
su vuelta a su país de origen, tratando de sobrevivir al demonio de
la morfina que llevaba tiempo pisándole los talones, no consigue el
éxito merecido con esta excelente película. Podría hablarse de la
maldición de los actores que se meten en tareas de dirección (valga
el ejemplo de Charles Laughton)o incluso podría decirse que la
sociedad alemana no aceptó que quienes abandonaron el barco
volvieran buscando el reconocimiento y el aplauso. Su “go home” a
Marlene Dietrich fue toda una declaración de sentimientos. Sin
embargo, a mi parecer la causa principal del fracaso de una película
que resistió únicamente diez días en las pantallas germanas fue
que habían pasado demasiados años desde la derrota y de la euforia
de una liberación se había pasado a un goteo persistente de
humillaciones que no podía por menos que minar la capacidad de
aguante de un pueblo. Daba igual la calidad del film de Lorre, los
viejos trapos no debían removerse.
El
film narra en clave de flashback la historia de un médico alemán cuyas
investigaciones secretas son transmitidas a las fuerzas aliadas a
través de su secretaria y a la vez prometida. Informado de tal
circunstancia por los agentes nazis que controlan sus trabajos, pone
fin a la vida de su novia y descubre en él la existencia de
sentimientos asesinos. Los miembros del espionaje alemán le ayudan a
esconder su crimen y le permiten continuar con sus investigaciones
biológicas. De todos modos, este hecho marcará su vida
especialmente, cuando años después se reencuentre con uno de sus
ayudantes.
Un
film negro, género tan propio de Lorre, expresionista de pura cepa
alemana y sobre todo valiente por el tema que encara. Y es que a mi
juicio Lorre es algo así como el hombre perdido que se reencuentra,
en su regreso desde el exilio dorado del cine USA, con sus propios
orígenes sin que sea casual un guión donde se entremezclan , en
sabias dosis, historias tipo “M el vampiro de Dusserlof con el cine
de espionaje y contraespionaje ubicado en la II WW. El reencuentro
con el cine de Fritz Lang también parece evidente…
¡Ah, se me olvidaba! Sería conveniente que dispusieran en su salón de un ambientador anti tabaco.
Puntuación:
8,40
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