The
Hoodlum es Mary Pickford. Básica y absolutamente. Todos los que desde
nuestra ignorancia buscamos esa piedra Rosetta que nos explique los
orígenes de este mundo mágico donde los sueños se materializan en
imágenes seguimos una ruta "aventurera" con escala obligatoria en
Griffith, Chaplin, Fairbanks y Pickford. "United Artists" frente al
imperio del dólar y la fortaleza de los estudios cinematográficos. Una
lucha desigual en la que David acabo imponiéndose a Goliath y donde los
verdaderos protagonistas de aquel cinematógrafo cada vez más pujante se
pusieron al frente de sus propios proyectos y revindicaron la autoría de
sus trabajos.
Esta
pequeña reseña histórica nos sirve para situar a Mary Pickford en su
tiempo cinematográfico. La "chica de los rizos" y primera "novia de
América" era una muchacha ambiciosa y decidida que desde sus inicios
quiso lleva el control de su propia carrera: guiones, producción y lo
que era mas importante, sus propios emolumentos. Consciente de su valía y
del influjo que ejercía en las masas no dudaba en reclamar constantes
aumentos de sueldo a los que no podían negarse unos estudios presionados
por el enamoramiento colectivo y los benefícios en el "box office". Por
otra parte Mary tenía una dotes innatas para la interpretación. A pesar
de sus 22, 23 años, su pequeña estatura y su rostro dulce y aniñado la
hacían idónea para personajes juveniles o infantiles, incluso masculinos
muchas veces con los que acababa seduciendo a sus seguidores. Su
popularidad se acrecentó con su participación, junto con otras
celebridades medáticas de la época, en la campaña publicitaria para
financiar la participación americana en la Primera Guerra Mundial
mediante Bonos Estatales adquiridos por la ciudadanía. Otros hitos de su
carrera fueron la creación de su propio estudio y la producción de sus
películas, así como el legado que dejó para la posteridad con su
participación, junto a otras personalidades, en la creación de la
Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood.
Cuando
rueda, con su propio estudio, The hoodlum, Mary Pickford tiene 27 años,
lo que no es obstáculo para que en el preámbulo del film interprete a
una alumna de primaria frente a una pizarra, en la que, bajo el
asesoramiento de un educador oculto entre bastidores, escribe con
infantiles erratas, unos consejos publicitarios que se dice ahora, sobre
los bonos para el soporte del país tras una guerra apenas finalizada. La edad tampoco es impedimento para que su personaje de la película sea una consentida
niña, nieta de un gran magnate de la industria newyorkina que deja la
mansión donde vive con su abuelo para hacerlo junto a su padre en un
edificio de los suburbios. Relatarles los hechos seguro que no les
aportará mucho, tan solo baste decir que hay un estilo de películas,
entre las que se incluye The Hoodlum, donde además de los personajes que
se nombran en los títulos de crédito, está uno fundamental que acapara
el film y pretende avanzar sin nocturnidad ni alevosía, con mucha
claridad aunque sigilosamente, entre la moralidad de los espectadores. Y
este no es otro que la "escuela de la vida".
Valorar
este trabajo de un pujante director para su tiempo como Sidney Franklin, de quien me
gustó bastante "The Forbidden City", resulta complicado a la par que
injusto, dada la diferencia de un siglo entre el entonces y el hoy.
Criterios morales y costumbres diferentes. La especie humana igual y a
la vez tan distinta. Por ello, me conformo con haber acercado un poco
más la figura de la "pequeña Mary" a los cinéfilos curiosos del mundo de
hoy.
Puntuación:7,00
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