domingo, 14 de octubre de 2007

EL HUNDIMIENTO DE LA CASA USHER (ROGER CORMAN - 1960)





Corman, a los 40 años ya había filmado 40 películas. Claro que, en esto la velocidad es importante y muestra de ello es que El hundimiento de la casa Usher se rodó en tan sólo 15 días. ¡Así ya se puede!

Pero debo decir que esta versión de la obra de Poe es una auténtica maravilla, tanto que a base de atmósferas tenebrosas, de arquitecturas y decorados barrocos, de ambientes tan silenciosos como opresivos y de puertas en sublime concierto de chirridos, transporta a espectadores como yo unos cuantos años hacia atrás hasta aquellas lecturas nocturnas de Historias Extraordinarias con sus ineludibles pesadillas consecuentes.

De esta novela se han realizado muchas versiones cinematográficas desde el clásico del cine mudo realizado por Jean Epstein en 1928 hasta los trabajos de Jesús Franco en 1983 ó de Alan Birkinshaw en el 1988, pero la adaptación que Corman hace para la pantalla grande consigue transmitirnos, y así lo señaló acertadamente Julio Cortazar, los elementos autobiográficos contenidos en el escrito original del autor bostoniano: “el egotismo morboso, vinculado a una enfermedad nerviosa de confusa etiología, los rasgos necrofílicos, el sadismo macabro, las relaciones familiares anormales (de tipo incestuoso), la presencia estimulante del opio (combinado estéticamente, según se ha indicado, con cuadros y libros vetustos e interpretaciones musicales desaforadas”.

La actuación de Vincent Price es francamente buena, de las que justifican la fama de un actor, y curiosamente sin su típico bigotito, dando esa imagen de ambigüedad decimonónica tan necesaria para la obra.

Por último destacar ese ambiente bizarro que consigue Corman mezclando colores, humos, azules pesadillas, paisajes infernales, pasadizos secretos y pinturas de antepasados al más puro estilo beatnik que alla por los 60 revitalizó la bohemia cultural americana.

Lo de despacito y buena letra no cuenta para Roger Corman quien seguro comulgaría más con la máxima universal de “el tiempo es oro”. Pero al fin y a la postre lo que cuentan son los resultados y en verdad los consigue.

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