sábado, 20 de octubre de 2007

LA TIENDA DE LOS HORRORES (ROGER CORMAN - 1960)





Es inevitable comparar esta versión de Corman con la de Frank Oz de 1986 y resulta curioso que, las críticas a la versión primitiva de Corman sean, por lo general, francamente negativas mientras que las referidas a la película del 86 hablen de magnífica comedia musical e incluso de pequeña obra maestra. Pero, si comparamos número de votos y puntuación media resulta que la de 1960 (Roger Corman) gana a la de 1986 (Frank Oz) en ambos conceptos.

¡Lo que España vota va a misa, señores! Claro que, habrá quien piense que las mayorías están aborregadas y cosas por el estilo ó que la gente que visita estas páginas vamos de progres y “enteraos” por la vida. Pero eso sería hablar por no callar que evidentemente no es así.

Personalmente opino que la versión de Frank Oz es francamente buena. Obra maestra no, pero tiene la calidad suficiente para dejar un buen recuerdo en nuestras retinas. Tan buen recuerdo que, a pesar de haber transcurrido sus 20 años no he podido evitar la comparación, siempre odiosa, entre las dos películas. Pero no he podido declarar vencedora a ninguna de ellas. Combate nulo que se diría en el cuadrilátero.

Evidentemente, la obra de Oz está más trabajada, cuenta con mas presupuesto y nos deja interpretaciones de calidad. Pero la de Corman destila cierto surrealismo muy de agradecer y no carece de geniales interpretaciones (ahí quedan Nicholson ó Myrtle Vail como la hipocondríaca madre de Seymour). Es verdad que de terror nada de nada pero, a diferencia de las distintas versiones de la obra de Poe realizadas por Corman cuya pretensión era aterrorizar al espectador, aquí lo que se busca es más la carcajada que el miedo. Y consigue nuestras sonrisas, lo cual, en el mundo de hoy y tal como está el paño ya es mucho.

Si fue filmada en dos días y medio y con escaso presupuesto, pues no me negarán que en lugar de ser un handicap tiene su merito y es un tanto a su favor. Corman era así. Time is gold (and money)...

domingo, 14 de octubre de 2007

EL HUNDIMIENTO DE LA CASA USHER (ROGER CORMAN - 1960)





Corman, a los 40 años ya había filmado 40 películas. Claro que, en esto la velocidad es importante y muestra de ello es que El hundimiento de la casa Usher se rodó en tan sólo 15 días. ¡Así ya se puede!

Pero debo decir que esta versión de la obra de Poe es una auténtica maravilla, tanto que a base de atmósferas tenebrosas, de arquitecturas y decorados barrocos, de ambientes tan silenciosos como opresivos y de puertas en sublime concierto de chirridos, transporta a espectadores como yo unos cuantos años hacia atrás hasta aquellas lecturas nocturnas de Historias Extraordinarias con sus ineludibles pesadillas consecuentes.

De esta novela se han realizado muchas versiones cinematográficas desde el clásico del cine mudo realizado por Jean Epstein en 1928 hasta los trabajos de Jesús Franco en 1983 ó de Alan Birkinshaw en el 1988, pero la adaptación que Corman hace para la pantalla grande consigue transmitirnos, y así lo señaló acertadamente Julio Cortazar, los elementos autobiográficos contenidos en el escrito original del autor bostoniano: “el egotismo morboso, vinculado a una enfermedad nerviosa de confusa etiología, los rasgos necrofílicos, el sadismo macabro, las relaciones familiares anormales (de tipo incestuoso), la presencia estimulante del opio (combinado estéticamente, según se ha indicado, con cuadros y libros vetustos e interpretaciones musicales desaforadas”.

La actuación de Vincent Price es francamente buena, de las que justifican la fama de un actor, y curiosamente sin su típico bigotito, dando esa imagen de ambigüedad decimonónica tan necesaria para la obra.

Por último destacar ese ambiente bizarro que consigue Corman mezclando colores, humos, azules pesadillas, paisajes infernales, pasadizos secretos y pinturas de antepasados al más puro estilo beatnik que alla por los 60 revitalizó la bohemia cultural americana.

Lo de despacito y buena letra no cuenta para Roger Corman quien seguro comulgaría más con la máxima universal de “el tiempo es oro”. Pero al fin y a la postre lo que cuentan son los resultados y en verdad los consigue.

jueves, 11 de octubre de 2007

CASINO ROYALE (1967) (JOHN HUSTON Y OTROS)




Llama poderosamente la atención que una película en la que participan actores de la talla de Woody Allen y Peter Sellers, absolutos reyes de lo cómico, “hiera”. casi con nocturnidad y alevosía, nuestra sensibilidad de sufridos espectadores, y que las carcajadas prometidas se conviertan en muecas de sonrisas con más penas que glorias.

¡Y que también se presten a este juego, Orson Welles, Charles Boyer, William Holden o el propio John Huston, resulta cuando menos sorprendente!.

Quizás la idea de partida no era tan mala. Parodiar las películas de James Bond, típica y tópica mezcla (movida y no agitada) de espía y gigoló, tenía su “chance” cómica. Pero claro, si a esa parodia se la viste con colores alucinógenamente sicodélicos pues la cosa empacha un tanto, cual bocata de barbitúricos y mari juanas.

Alguna genialidad de Allen, al mas puro estilo Bananas y cierto recorrido musical detrás de un acuario de peces de colores, en el genuino estilo introductorio de la saga Bond, dan algo de sustancia a una película insustancial, carente de humor y de sentido y a la que el inexorable paso del tiempo ha destrozado sin piedad.


sábado, 6 de octubre de 2007

CHINATOWN (ROMAN POLANSKI - 1974 )



Permíteme compañero Aticus que cite tu crítica a esta película (en Filmaffinity) con la que coincido plenamente:

“ la trama, aunque compleja, es muy fácil de seguir por la maestría del guión, perfecto y ganador del Oscar, ya que no hay que tener a mano un cuaderno donde apuntar miles de nombres para poder enterarte de algo como pasa con las de ahora.

Jack Nicholson (sin sobreactuar) nunca estuvo mejor como detective privado...”

Has dado en pleno centro de la diana: La claridad de la trama y es muy de agradecer que el trabajo del guionista fuese premiado. Porque los espectadores de este tipo de cine solemos ser unos sufridores, libreta en mano, como bien dices, aguantando estoicamente lo que nos echen: personajes que son pero que no son, mujeres cándidas y buenas que son fatalmente malas, detectives que a base de dar palos de ciego desconciertan al mas pintado. Vamos, una autentica jungla donde hay mas animales que en el zoo.

Claro que, escritores por antonomasia de cine negro como el mismísimo Raymond Chandler ya propiciaban este galimatías, tanto que no es raro ver sus novelas acotadas en sus márgenes por nombres y situaciones. Y por si alguien llegase a pensar que en la verdadera esencia del cine negro está la complejidad y el desconcierto, pues Polanski se ha encargado de demostrar que no, que las cosas no son así y que el cine negro no es oscuro por naturaleza sino que puede ser claro y diáfano como la luz de un día claro y diáfano.

También encuentro acertado tu comentario sobre Nicholson, quien me exaspera un tanto cuando sobreactúa. Pero aquí no lo hace y compone uno de los mejores y más creíbles detectives de este género. El tandem que compone con el polifacético John Huston es francamente interesante y si encima le añadimos la fuerza sensual de la Dunaway ¿Qué mas podemos pedir?.

Bueno, pedimos algo más pero también nos lo dieron: La banda sonora de otro genio de esto, Jerry Goldsmith.

¿Qué no le dieron más Oscar?: Culpen a Coppola y a su Padrino II y dicten veredicto de inocencia para Polanski quien hizo todo bien y siempre fiel a su propio estilo y a esas líneas ocultas de su cine cargadas de simbologías incestuosas y otras hierbas. Y es que sino fuese así Polanski no sería Polanski.











viernes, 5 de octubre de 2007

CARA DE ANGEL (OTTO PREMINGER - 1952)



No es oro todo lo que reluce y el espectador busca y descubre, en cada primer plano de Jean Simmons, algo oculto, alguna perversidad que otra, porque lo de “Cara de Angel” está bastante claro que es una ironía y hasta Robert Mitchum se ha dado cuenta que algo no encaja y que la maquinaria mental de la niña rica no anda demasiado bien engrasada.

Claro que, uno se pregunta, ¿cómo se deja engatusar de esta forma? ¿Porqué no hizo las maletas cuando debía? ¡Vaya usted a saber! Exigencias del guión, tal vez. O quizás esa mezcla de ingenuidad, belleza y sensualidad le hizo perder el “oremus”. El caso es que el único culpable de ese deslizarse por la pendiente es él mismo. No hay excusas que valgan.

En el orden puramente cinematográfico, cabe decir que aunque la película tiene elementos destacables como por ejemplo la música de Tiomkin ó la labor en la dirección de Preminger no es, a mi parecer, la mejor obra de éste. Laura tiene un “algo” de lo que carece Cara de Ángel. Incluso Al borde del peligro ó Anatomía de un asesinato la superan. Y aunque nos deja escenas notables como por ejemplo el desarrollo del juicio ó la “confesión” en el despacho del abogado, tiene un algo previsible que la vacía un tanto de suspense y por ende de contenido.

Es de Preminger. Eso se nota. Pero aunque nos deja un buen sabor de boca, le falta algo de bouquet. Aunque como dice el refrán: “Sobre gustos no hay disputas”