Breve sinopsis
La enemistad secular entre dos familias se reaviva cuando el heredero de una de ellas retorna al pueblo de sus ancestros a hacerse cargo de la casa familiar.
Keaton me tiene ganado para su causa. La del humor original y distinto. No es el humor elegante de Chaplin ni el humor travieso de Stan Laurel y Oliver Hardy. Es el humor serio a la vez que el humor físico. Es el humor sorprendente e inesperado. Es el humor del que nos hace cómplices con su cara de palo.
La ley de la hospitalidad no está catalogada entre sus mejores películas. Puede ser. Pero la cantidad de momentos “ilustres” es tal, que contarlos siquiera someramente equivaldría a una completa sinopsis de la película. No obstante pongan el acento en aquella esquina con “muchísimo tráfico” o en aquel tren de recorrido variable según la terquedad de las mulas o en el rescate estilo “yo Tarzán, tu Jane” que nos regala el amigo Buster.
Detalles de calidad. Uno detrás de otro, especialmente en la primera parte de la película. La segunda quizás pueda calificarse de más convencional y previsible, pero aún así deja momentos dignos de mención. Y no olvidemos que estamos ante el primer largo dirigido por el propio Buster Keaton...
Actor, director, atleta ¿Hay quien dé más?
La enemistad secular entre dos familias se reaviva cuando el heredero de una de ellas retorna al pueblo de sus ancestros a hacerse cargo de la casa familiar.
Keaton me tiene ganado para su causa. La del humor original y distinto. No es el humor elegante de Chaplin ni el humor travieso de Stan Laurel y Oliver Hardy. Es el humor serio a la vez que el humor físico. Es el humor sorprendente e inesperado. Es el humor del que nos hace cómplices con su cara de palo.
La ley de la hospitalidad no está catalogada entre sus mejores películas. Puede ser. Pero la cantidad de momentos “ilustres” es tal, que contarlos siquiera someramente equivaldría a una completa sinopsis de la película. No obstante pongan el acento en aquella esquina con “muchísimo tráfico” o en aquel tren de recorrido variable según la terquedad de las mulas o en el rescate estilo “yo Tarzán, tu Jane” que nos regala el amigo Buster.
Detalles de calidad. Uno detrás de otro, especialmente en la primera parte de la película. La segunda quizás pueda calificarse de más convencional y previsible, pero aún así deja momentos dignos de mención. Y no olvidemos que estamos ante el primer largo dirigido por el propio Buster Keaton...
Actor, director, atleta ¿Hay quien dé más?
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