Por increíble que parezca se estrena en Italia en 1949. Y es que hasta los italianos estaban más liberados que nosotros en materia de destapes. En esta España nuestra de fajas, fajos y refajos, todos muy púdicos y castos, la película no sólo fue masacrada por la tijera sino que además, sus restos, quedaron postergados hasta los 70 para exclusivo visionado de la progresía.
Claro que, visto lo visto y llovido lo llovido, hoy, casi sesenta años después, lo “indecente” se vuelve absolutamente inocente. Pero, eso sí, la Mangano era mucha mujer antes y ahora, y un muslo suyo valía por todas las rodillas de Claire y zarandajas similares. En materia de mundo y demonio, las francesas quizás sean más espabiladas pero en lo de carne, ganan las italianas por goleada ¿Y donde queda España se preguntarán? Bueno, no lo sabremos nunca, porque todos los celuloides están hechos trizas y que yo recuerde, tuvimos que esperar hasta las Historias de la Frivolidad y la era del destape, para empezar a “conocer” mujer.
En materia cinematográfica pura y dura, la película es un buen exponente del neorrealismo italiano, con el tema más real que pueda existir: La supervivencia. Dentro de este contexto no está de más recordar las características del neorrealismo italiano, y así leemos en Wikipedia: “ se caracteriza por tramas ambientadas entre los sectores más desfavorecidos, abundante en el uso de los rodajes exteriores, con importante presencia de actores no profesionales entre sus secundarios, y, con frecuencia, incluso entre los protagonistas. Las películas reflejan principalmente la situación económica y moral de Italia en la posguerra, y reflexionan sobre los cambios en los sentimientos y en las condiciones de vida: frustración, pobreza, desesperación...”
Si ven la película comprobarán que Arroz Amargo es neorrealismo mezclado, no agitado, con melodrama y aderezado con un buen chorro de tensión delictiva, pero en el fondo, en su esencia, no deja de ser una lucha por la supervivencia, muy bien interpretada por actores sumamente creíbles dentro de este contexto. ¿Qué les parecen Vitorio Gassman ó el mismo Raf Vallone ?.
Respecto a Silvana Mangano no les pregunto. Porque da más la imagen de poder ganarse la vida con el “boogie boogie” (tómenlo en sentido real o figurado, como deseen) más que con el arroz.
Para finalizar: Buena película, con un guión excelente (alcanzó la nominación para los Oscar), bien dirigida, real como la vida misma, impensable para los españoles de aquellos tiempos en que el norte del tobillo femenino era como la inexcrutable selva del Amazonas, con buenos actores y una Silvana Mangano también muy buena...
¿Se la van a perder?.
Claro que, visto lo visto y llovido lo llovido, hoy, casi sesenta años después, lo “indecente” se vuelve absolutamente inocente. Pero, eso sí, la Mangano era mucha mujer antes y ahora, y un muslo suyo valía por todas las rodillas de Claire y zarandajas similares. En materia de mundo y demonio, las francesas quizás sean más espabiladas pero en lo de carne, ganan las italianas por goleada ¿Y donde queda España se preguntarán? Bueno, no lo sabremos nunca, porque todos los celuloides están hechos trizas y que yo recuerde, tuvimos que esperar hasta las Historias de la Frivolidad y la era del destape, para empezar a “conocer” mujer.
En materia cinematográfica pura y dura, la película es un buen exponente del neorrealismo italiano, con el tema más real que pueda existir: La supervivencia. Dentro de este contexto no está de más recordar las características del neorrealismo italiano, y así leemos en Wikipedia: “ se caracteriza por tramas ambientadas entre los sectores más desfavorecidos, abundante en el uso de los rodajes exteriores, con importante presencia de actores no profesionales entre sus secundarios, y, con frecuencia, incluso entre los protagonistas. Las películas reflejan principalmente la situación económica y moral de Italia en la posguerra, y reflexionan sobre los cambios en los sentimientos y en las condiciones de vida: frustración, pobreza, desesperación...”
Si ven la película comprobarán que Arroz Amargo es neorrealismo mezclado, no agitado, con melodrama y aderezado con un buen chorro de tensión delictiva, pero en el fondo, en su esencia, no deja de ser una lucha por la supervivencia, muy bien interpretada por actores sumamente creíbles dentro de este contexto. ¿Qué les parecen Vitorio Gassman ó el mismo Raf Vallone ?.
Respecto a Silvana Mangano no les pregunto. Porque da más la imagen de poder ganarse la vida con el “boogie boogie” (tómenlo en sentido real o figurado, como deseen) más que con el arroz.
Para finalizar: Buena película, con un guión excelente (alcanzó la nominación para los Oscar), bien dirigida, real como la vida misma, impensable para los españoles de aquellos tiempos en que el norte del tobillo femenino era como la inexcrutable selva del Amazonas, con buenos actores y una Silvana Mangano también muy buena...
¿Se la van a perder?.
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