He dejado dicho que, mientras escribo este comentario, no toquen mi taza de café, que luego vienen los líos y las historias e incluso estoy sopesando seriamente la posibilidad de comprarme una singularizada con dibujitos de Mickey ó del Pájaro Loco, todo sea por la salud.
Esta primera reflexión la entenderán cuando vean la película. Y no quiero darles muchos detalles no sea que me vaya demasiado de la lengua. Pero si puedo decirles que ver Pesadilla de Robert Siodmak es una buena manera de finalizar una dura y monótona jornada de trabajo. En ella encontrarán a un George Stevens en su papel de Harry Quincy, para los amigotes y nadie mas: Tío Harry, que viene a ser algo así como la Tía Tula ó esas tías solteronas que hay en casi todas las familias. Aunque aquí las venden por parejas y si a eso le añadimos una hermana sensata pero viuda, pues ya tenemos a toda la familia en el caserón aristocrático. ¡Ah! Y a Nona, mi queridísima Sara Allgood de quien no tenía el placer desde que vi La escalera de caracol también de Siodmak.
Y la cosa va de relaciones familiares complicadas, de brothers and sisters un paso más allá de lo moralmente correcto. Ya saben, “la gente comenta” ... Y sobre todo va de un director que, es de lo más parecido a Hitchcock que me he encontrado en este universo del cine con suspense.
Lástima de comisión Hays, ya saben aquella de “todas somos puritanas, hermanas, hermanas...” que desmontan el final hasta dejarlo hecho unos zorros. Hasta cinco finales entraron en el bombo. Después de ver la película pongan un poco de imaginación en su vida. Quizás den con el adecuado aunque no sea el políticamente correcto.
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