Breve sinopsis:
El regreso de tres combatientes de la II World War a su localidad de origen los enfrentará con la dura realidad de una sociedad en crisis y les obligará a una adaptación psíquica y, en algunos casos, física. Su amistad les permitirá superar muchos obstáculos.
¿Quieren conocer la teoría de la relatividad? ¿Un ejemplo practico? ¿Parecer insensibles al paso inexorable del tiempo? ¿Qué 170 minutos no parezcan nada? : Vean Los mejores años de nuestra vida de William Wyler. Da igual que la vean ahora por primera vez como que la vuelvan a ver después de una temporada. Da lo mismo. Les volverá a seducir. Se olvidarán de los relojes, de las prisas y si no andan con cuidado se olvidarán de recoger a los niños del cole u otros compromisos similares. Es la capacidad hipnótica de una historia absolutamente magistral que, llevada al cine, confiere a éste, la categoría de ARTE, con mayúsculas.
7 Oscars mas 1 honorario, a Harold Russell por “dar esperanza a sus compañeros veteranos“, absolutamente merecidos, son los poderes de esta película dirigida por uno de los directores cuyas películas han sido más laureadas, incluyendo el Oscar a la mejor dirección por La señora Miniver y por Los mejores años de nuestra vida e infinidad de estatuillas más. Recordemos Ben Hur , La Heredera, Vacaciones en Roma , El Forastero, etc. Todas premiadas en alguna categoría.
Para algunos críticos, Los mejores años de nuestra vida es la única película de la historia que justifica plenamente las 8 estatuillas. No voy a contradecir esta afirmación porque este tipo de argumentaciones siempre resulta discutible, pero, es cierto, que el film es magistral en todos los sentidos, e incluso no hubiese sorprendido un reconocimiento a la fotografía de Gregg Toland, donde todo esta en su sitio justo y preciso para cautivar la mirada del espectador y emocionarla, como tampoco hubiese extrañado un premio superior para Mirna Loy en una interpretación sublime tanto en la faceta de esposa cómplice y resignada y de madre confidente.
Una temática real, cruda y difícil pero planteada desde ópticas optimistas de quien cree en la capacidad de un pueblo para superarse a sí mismo en los momentos críticos de su historia. Un drama de supervivencia pura y dura pero apuntalada desde las sonrisas de la esperanza. Un guión, donde no sólo se vive el drama físico y social de los excombatientes sino donde se intuyen igualmente las crisis personales, familiares, económicas y sobre todo morales de los que se quedaron... Un guión que acaba apostando por el entendimiento entre unos y otros.
El regreso de tres combatientes de la II World War a su localidad de origen los enfrentará con la dura realidad de una sociedad en crisis y les obligará a una adaptación psíquica y, en algunos casos, física. Su amistad les permitirá superar muchos obstáculos.
¿Quieren conocer la teoría de la relatividad? ¿Un ejemplo practico? ¿Parecer insensibles al paso inexorable del tiempo? ¿Qué 170 minutos no parezcan nada? : Vean Los mejores años de nuestra vida de William Wyler. Da igual que la vean ahora por primera vez como que la vuelvan a ver después de una temporada. Da lo mismo. Les volverá a seducir. Se olvidarán de los relojes, de las prisas y si no andan con cuidado se olvidarán de recoger a los niños del cole u otros compromisos similares. Es la capacidad hipnótica de una historia absolutamente magistral que, llevada al cine, confiere a éste, la categoría de ARTE, con mayúsculas.
7 Oscars mas 1 honorario, a Harold Russell por “dar esperanza a sus compañeros veteranos“, absolutamente merecidos, son los poderes de esta película dirigida por uno de los directores cuyas películas han sido más laureadas, incluyendo el Oscar a la mejor dirección por La señora Miniver y por Los mejores años de nuestra vida e infinidad de estatuillas más. Recordemos Ben Hur , La Heredera, Vacaciones en Roma , El Forastero, etc. Todas premiadas en alguna categoría.
Para algunos críticos, Los mejores años de nuestra vida es la única película de la historia que justifica plenamente las 8 estatuillas. No voy a contradecir esta afirmación porque este tipo de argumentaciones siempre resulta discutible, pero, es cierto, que el film es magistral en todos los sentidos, e incluso no hubiese sorprendido un reconocimiento a la fotografía de Gregg Toland, donde todo esta en su sitio justo y preciso para cautivar la mirada del espectador y emocionarla, como tampoco hubiese extrañado un premio superior para Mirna Loy en una interpretación sublime tanto en la faceta de esposa cómplice y resignada y de madre confidente.
Una temática real, cruda y difícil pero planteada desde ópticas optimistas de quien cree en la capacidad de un pueblo para superarse a sí mismo en los momentos críticos de su historia. Un drama de supervivencia pura y dura pero apuntalada desde las sonrisas de la esperanza. Un guión, donde no sólo se vive el drama físico y social de los excombatientes sino donde se intuyen igualmente las crisis personales, familiares, económicas y sobre todo morales de los que se quedaron... Un guión que acaba apostando por el entendimiento entre unos y otros.
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