Claro que para poder empezar a disfrutar de las excelencias que sin duda tiene el film lo primero que hay que conseguir es desembarazarse de esa imagen arquetípica de Lucille Ball como artista casi exclusivamente de comedia y es que lo del televisivo show de Lucy Ball la marcó y mucho. Cuando lo hagamos y veamos que la cosa va en serio, la misma mirada nueva nos dirá que estamos ante un interesante film de suspense que arrastrará nuestra imaginación incluso y salvando distancias, hasta la etapa británica del maestro Hitchcock y que de calificarlo como serie B lo estaremos bendiciendo de alguna manera, porque la B además de barato es la inicial de bueno. Como se habrán dado cuenta lo de serie B lo he escrito en condicional, porque una película que cuenta con la fotografía de William Daniels es un auténtico lujazo.
La historia trata sobre un asesino que contacta con sus víctimas por la vía de los anuncios por palabras y que anticipa sus crímenes mediante enigmáticas poesías que remite a la policía londinense. La amiga de una de las chicas desaparecidas es contratada como cebo por Scotland Yard. No puede decirse que la temática sea extremadamente original ni a priori podemos esperar que nuestra capacidad de sorpresa se vea ampliamente desbordada. Sin embargo la película contiene momentos excelentes y mantiene en niveles altos el interés de los espectadores.
La presencia de George Sanders en su línea bastante habitual “soy un truhán, soy un señor” es de agradecer así como la de un secundario de primera como Charles Coburn. La escena de Boris Karloff viene a ser algo así como un sketch interior de la película, hecho a medida de una de las grandes figuras del género terrorífico.
Interesante, aunque un tanto predecible, no estamos ante una obra maestra pero si ante un trabajo que agradará a los seguidores de Sirk, a los de Lucy Ball e incluso a los de Sanders, pero sobre todo a los que nos gusta la mezcla de cine negro, barroquismo y altas dosis de suspense.
Puntuación: 7
8 comentarios:
Parece interesante. Sirk tiene una película que me gustó mucho, “Captain Lightfoot”, y, pese a no estar a la altura de otras como “Tiempo de amar, tiempo de morir”, creo que no ha tenido el reconocimiento que merece.
William Daniels creo que era el fotógrafo de algunos grandes westerns de Anthony Mann, y consiguió unas imágenes de gran fuerza echadas a perder en las horribles copias que pasan ahora de aquellas películas.
Un saludo.
Yo confieso: soy un fan incondicional del Sirk melodramático, jeje!
Tu propuesta es interesante, muy interesante, con ingredientes muy sabrosos. Si Daniels se encarga de la fotografía, ya sólo por eso, será un lujazo verla.
Saludos
Esta no la he visto. Pero, después de leer tu post y ver el vídeo me llama mucho la atención. Esas escenas, esas sombras y esos planos me hipnotizan.
Besotes
Antonio, tomo nota de las dos películas que citas. Aunque cinéfilo empedernido reconozco mis muchas carencias. Eso si, Daniels es un auténtico lujazo. Efectivamente era el fotografo de Winchester 73 de Mann pero también de la diva Greta Garbo en por ejemplo La Reina Cristina de Suecia.
De Witt, estoy seguro que no es el mejor trabajo de Sirk, pero resulta interesante especialmente cuando te das cuenta de que Lucille Ball da mucho mas juego de lo que se presuponía. Daniels, un artista con mayúsculas.
Lala, coincidencia plena, esas peliculas que se mueven entre sombras con aires expresionistas, con planos un tanto (no mucho) irreales y un cierto tono noir pues me encantan. En este sentido, Lured no decepciona.
Amigo Father:
Lo que son las cosas, para seguir cierto orden en las películas que veo, cada noche me veo una de diferente década. Y hoy me toca precisamente esta de "El asesino poeta". Tu crítica me ha encantado, espero que la película también me guste.
Saludos
Amigo D.C. diferimos en algo, yo elijo el cine un tanto segun estados de ánimo, pero a los dos nos gusta el buen cine. Douglas Sirk lo suele ofrecer.
¡Y ya es coincidencia con tantísimo cine como hay por ver!
Saludos.
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