Cuando
miramos hacia atrás, evidentemente sin ira, es muy probable que nos
sorprendamos de lo que allá por los años 30 se consideraba cine de
terror. Películas como El doctor Frankenstein o La Momia, joyas del
cine y de la Universal, vistas hoy en día nos hacen sonreír
indulgentemente. Claro que con más negros que blancos, en aquellos
años de depresión y en vetustas salas preferiblemente semi vacías
el efecto sería muy distinto.
En
los años 50 y 60 la compañía británica Hammer Films Productions revisa
aquellos grandes clásicos de la Universal y les añade un elemento
nuevo: El color. El terror pierde así parte de su misterio pero gana
en espectacularidad y abre la puerta a mundos barrocos e irreales
como los que, de nuevo en el cine americano, retratará Roger Corman
en la década de los 60, recordemos por ejemplo La máscara de la
muerte roja.
No,
No estoy mezclando churras con merinas. Pretendo limitarme a La
momia, película dirigida por Terence Fisher para la Hammer en 1959 e
interpretada por dos auténticos monstruos del género Peter Cushing
y Christopher Lee, dicho sea con permiso del monstruoso, en todos los
sentidos, Boris Karloff que protagonizó la excelente versión del
32.
La
momia, versión 1959, es una excelente película a la que Hammer Films
Productions dedicó sus mejores técnicos y al frente de la cual puso
a Terence Fisher un director que sabía unificar calidad y
presupuestos económicos. Sus tiempos de rodajes no eran muy largos y
las películas se filmaban básicamente en estudio. Fue una apuesta
arriesgada, especialmente por tratarse de un género que llevaba
tiempo fuera del favor de las audiencias, pero lo consiguieron, el
terror llenó nuevamente las salas y Frankenstein, El hombre lobo o
La momia, vivieron una segunda juventud en ocasiones con segundas y
terceras entregas.
El
argumento de La Momia es, probablemente, el que mantiene más
coincidencias con la versión del 32. La historia del sacerdote
enamorado de la princesa Anenka que trás intentar resucitarla es
enterrado vivo y liberado fortuitamente, tras la lectura de un
pergamino prohibido, siglos después, es la directriz común entre
ambos films y la que también se retomará en la versión, mucho más
espectacular y aventurera, que no terrorífica, del 99. Hay no
obstante diferencias, algunas sutiles y otras no tanto. La
reencarnación de Imhotep (aquí Kharis) en el 32 no es contemplada en la nueva
versión donde además se sitúan los hechos en la “civilizada”
Inglaterra. Por su parte la versión Hammer trata de contemplar los
hechos desde una perspectiva mucho más racional relegando a un
segundo lugar los profundos e inescrutables misterios de la mitología
egipcia.
Inevitablemente
estoy entrando en el odioso terreno de las comparaciones. La
interpretación de Karloff en el 32, reconozco que me puede, pero no
dejo de reconocer que tanto Cushing como Lee están soberbios,
especialmente este último, quien nos ofrece una de las momias más
fornidas y atléticas que se recuerdan. Como habrá quedado claro, el
color confiere un “sabor” especial a una historia y hace que el
oscuro mundo de ultratumba parezca vestirse con sus mejores galas. En
este sentido, la larga secuencia, en flashback, de la muerte,
preparativos y funeral de la princesa, es un regalo para los ojos y
lo único que se lamenta es que, por economizar, los escenarios
acaben produciendo claustrofobia.
Muchas
películas calificadas como de terror podían reciclarse, máxime
tras Indianas, Brandons y otros héroes de sombrero y arena, en
películas de aventuras aptas para casi toda la familia, sin
necesidad de cardios previas.
Puntuación; 7,35
9 comentarios:
La Hammer supo hacer auténticas películas de terror y la gente se asustaba en sus butacas. Me parece que hoy, con tanta televisión, la gente ha perdido parte de su capacidad de miedo.
El tiempo no trata muy bien al cine que tiende a usar muchos efectos especiales, como la acción o el terror, así que no es de extrañar que pasen a producir alguna que otra sonrisa, como bien dices, cuando tenían que provocar otra cosa.
De todas formas, ahí está Nosferatu de Murnau, que da la misma grima que siempre y se niega a envejecer...
No he visto esta momia, Father, me la apunto.
Un saludo
¡Grandes éstos dos actores Cushing y Christopher Lee, sobre todo éste último que sigue siendo, con ese rostro suyo, un referente en personajes sinietros, con una mirada que ya de por sí asusta haga de momia o de Drácula.
El color desde luego ayuda para el lucimiento pero le quita ese terror del B/N
Saludos Father
Jack:
A mi me parece que el miedo más auténtico es aquel que sentíamos con un libro de Poe, por ejemplo aquellas Historias Extraordinarias, embozados hasta las cejas (casi) y a la luz del flexo. Las pesadillas estaban aseguradas.
Hoy, la exclusiva del miedo la tienen otras cosas mucho mas cotidianas.
Y es claro que la tele, las palomitas y el pause para ir al lavabo han dicho kaput al miedo.
Saludos.
Mara:
Reconozco que veo estas películas con una cierta curiosidad de como se hacía este tipo de cine, pero con la seguridad de que el cuore no se va a resentir demasiado. Esta relativa objetividad me ayuda a valorar este género pero pierdo aquella tensión que en los antiguos cines de doble sesión y a ciertas horas, teníamos...
Por desconotado la tele, el video y el pause se cargan el miedo.
De todas formas son películas recomendables,
Saludos
Coincido contigo en lo de Lee, aunque mi monstruo por excelencia sea Boris Karloff, y a Lon Chaney lo tengo ahí, ahí cerquita,
Pero estamos hablando de actores con mayúsculas que si hoy en día son referentes del género no lo es por casualidad
Saludos
A mi la Hammer me hizo soñar con dientes afilados clavandose en el cuello de una bella mujer.
Me gusta la Momia ,esta que cometas y la boris Karlov,me encanta el genero y no sabria cual elegiria,quizas por el idolo que tenia a Lee me decantaria por esta.
Un muy buen post,me ha gustado mucho.
Atticus: A mi también me encanta el género. A pesar de que sé bien que sentarse tan a gustito en el salón para ver estas películas es lo menos recomendado para sacarles todo su partido. Pero lo hago y lo voy a seguir haciendo. Tengo ya en el horno The Walking Dead de Curtiz.
Respecto a Lee-Karloff, dos "monstruos" con todas las letras y en todos los sentidos.
Un saludo amigo
Karloff está magnífico en la versión de 1932, aunque su personaje es diferente, ya que luego de volver a la vida, se despoja de los vendajes y adopta una figura hierática y amenazante a la vez. El personaje de Kharis, como la momia que vuelve a la vida y sigue las órdenes de un sacerdote de los antiguos dioses de Egipto, aparece en La Mano de la Momia (1940), también de la Universal, y que inicia una saga donde veremos a Lon Chaney Jr haciendo de Kharis. Termino felicitándote por tu página y agradeciendo tu dedicación. Un saludo desde Perú. Pedro Bedoya
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