En
el mismo año que la aviación nazi bombardea Gernika y se introducen
en Alemania leyes anti judíos se estrena en el país germánico “El hombre
que fue Sherlock Holmes” (en muchos paises se lanzó directamente
con el título de “Sherlock Holmes”). Dirigida por Karl Hartl y
protagonizada por una de las máximas estrellas del cine alemán,
Hans Albers (“El angel azul) junto con Heinz Rühmann, a quien
seguro recuerdan por su trabajo en “El cebo” de Ladislao Vajda,
la película narra, en clave de comedia, las andanzas de un par de
bribones, ladronzuelos de poca monta que gracias a su peculiar
vestimenta y a complementos tales como gorra, pipa o violín,
consiguen ser confundidos con el famoso detective Sherlock Holmes y
su ayudante el Doctor Watson.
Como
supondrán tal confusión está propiciada por la pareja de pillos
para sacar ventaja de tal situación. Viajes gratis en tren o
estancia en buenos hoteles son algunas de las prebendas de su fingida
condición. Todo funciona bien hasta que en su camino se cruza un
clan de delincuentes y falsificadores y deben resolver el “caso de
los sellos Maurizio” demostrando excelentes habilidades propias de
los detectives originales.
Es
normal que este tipo de trabajos gestados durante la Alemania nazi
sean analizados con lupa buscando ideas totalitarias o
propagandísticas. Se ha dicho que la imagen de dos ladrones
caracterizados como dos personajes insignia de la cultura inglesa es
un torpedo en la linea de flotación de la nave británica. En mi
opinión, tal teoría tiene fundamento pero quizás estemos hilando
muy fino. En la Alemania del 37 también les importaba que las
películas diesen dinero en las taquillas y del mismo modo que aquí
se cantaban las gestas nacionales en el NO.DO allí también tenían
sus noticieros donde airear sus inefables proyectos sobre la pureza
de la raza y otras lamentables cuestiones.
Resulta
curiosa la anécdota de que está película, junto con El sabueso de
los Baskerville fueron las dos únicas que se encontraron por las
tropas aliadas en el bunker de Hitler. ¿le gustaría al dictador la
cultura inglesa? ¿Buscaría importarla a la nueva Alemania?
Sorpresas te da la vida...
Sinceramente
me ha sorprendido esta comedia. Será que no me esperaba este sentido
del humor en la Alemania nazi. Por ello, me atrevo a recomendarsela,
aunque el hecho de que mientras unos reían en las salas de cine
otros morían por las bombas de los aviones nazis es duro de
asimilar.
Puntuación:
7,5
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