lunes, 18 de junio de 2007

COWBOY DE MEDIANOCHE (JOHN SCHLESINGER - 1969)





Cowboy de medianoche podría muy bien haberse denominado “Experiencias de supervivencia” ó algo así porque su lectura última no deja de ser mas que uno de tantos intentos para no ser engullido. No ser engullido ni por la mediocridad de una vida como lavaplatos ni por las fauces siempre abiertas de una ciudad como la gran manzana.

Pero, mucho ojo, no vayamos a confundirnos y titulemos la cosa como “Manual de supervivencia” porque, desgraciado aquel que siga sus instrucciones, dado que puede resultar totalmente inhalado como una bocanada del humo de un cigarrillo de marihuana ó similar.

Vistas las cosas así, la película cuenta lo que cuenta, ese intento de salir a flote entre las miasmas de una sociedad americana de los 70 altamente complicada y de una ciudad sumamente exigente. No busquemos nada más ni nada menos. Y el retrato que hace Schlesinger de ésta experiencia de vida es muy meritorio. Esa mezcla de crudas realidades y hermosos sueños, siempre con Miami como referente, resulta tan coherente como apropiada. Sobrevivir entre señoras con perrito, hotel y portero y sin un centavo, en fondos y lavabos de cines de mala muerte, en edificios que se caen a pedazos, sólo con un transistor pegado a la oreja que nos hace viajar por “mundos maravillosos”, es una experiencia digna de retratarse. Y eso es lo que hace el director checo. Claro que, si encima en la foto están Dustin Hoffman y John Voight pues la cosa empieza a tomar visos de obra, no diré magistral, pero sí sumamente interesante y agradable a nuestros paladares cinematográficos.

Finalizo con esto, la obra es francamente dura, el final hiere nuestra sensibilidad al ver destrozados hasta hacerse añicos los sueños de los dos protagonistas y tan sólo Nilsson con su tema musical súper conocido “Everybody's Talkin'” consigue, a través de sus notas, dibujar una sonrisa de esperanza en nuestro semblante.

Los tres Oscar (mejor película, mejor director y mejor guión) que consiguió absolutamente merecidos. Y además estuvieron nominados Voight y Hoffman, y solo el "valor de ley" de un mito como John Wayne pudo arrebatárselo.




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