Hay actores que parecen nacidos para interpretar una determinada clase de personajes. Y voy más allá, los espectadores llegamos a imaginar que en la vida real son así, con la misma imagen y personalidad a la que nos hemos acostumbrado. ¿ Porque, digo yo, alguien pudo imaginar nunca a un Bogart apocado y tímido en la realidad ? ¿ A alguien se le ocurrió que Jerry Lewis pudiese ser un tipo serio? ¿O que a Rock Hudson le tirasen mas las pistolas que las cartucheras ?. Es cierto, nos acostumbramos a la imagen que proyectan sobre nuestras pantallas y tendemos a idealizarlos confundiendo realidad y ficción.
Hoy quería hablar sobre Humphrey Bogart, el auténtico y genuino tipo duro americano. Totalmente contrario al típico y tópico galán. No tenía la seducción de Cary Grant ni la aparente inocencia de James Stewart, ni se le suponía el valor de Gary Cooper ó John Wayne. No. Bogart es la rudeza pero no la brusquedad, la ironía pero no la chanza. Bogart es el ejemplo más apropiado para ilustrar una gama de actores, que podría ir, y esto es una sugerencia desde Edward G. Robinsón hasta Robert Mitchum, pasando por un Robert Ryan ó un James Cagney.
Ciertamente, con los actores citados, podemos regalarnos un buen recital de cine negro. Pero Bogart “is diferent” y aunque nos empeñemos en encasillarlo él nos ha dejado regalos cinematográficos como La reina de Africa ó en menor medida El tesoro de Sierra Madre, donde ofrece una imagen sustancialmente distinta de la que nos tiene acostumbrados.
No conozco en su totalidad la filmografía de este genial actor y por ello estoy convencido que las dos películas citadas no serán las únicas que ofrezcan de él una imagen diferente. Habrá otras. Y entre ellas Sabrina de Wilder.
Quiero hacer mención especial de su papel en este film y afirmar que el traje de ejecutivo no le sienta nada pero que nada bien a Bogart por mucho que él se esmere y se empeñe en llevarlo con dignidad. Prefiero quedarme con el Bogart de la última película vista por mi, Callejón sin salida, de John Cromwell, buen director de los 40 con alguna incursión que otra en el cine negro, donde da auténtica vida a Rip Murdock un ex soldado leal con sus amigos y capaz de resistir a las vamps y sus tentaciones vivan arriba, al lado ó donde vivan.
Aunque puestos a elegir, dénme en lugar de Rip a Rick. Si, si, ese, el del café de Rick,s y el de “tócala otra vez,Sam”. Dénme al Bogart de Casablanca.
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