

No es el caso de Glenn Ford quien acapara protagonismos bien secundado por James Whitmore y Barry Kelley (abogado O´ Rourke) y que lleva adelante, con profesionalidad, el papel de agente del Tesoro, Frank Warren, a la busca de testigos (hombres secretos) dispuestos a largar contabilidades que dejen con las vergüenzas financieras al aire al capo de los capos, al gran jefe, al number one de los gángsters, Al Capone (sin acreditar)...
Dirigida por Joseph H. Lewis (El demonio de las armas), la película no hace una ostentación excesiva de la violencia, no se recrea en la pólvora, no hay riachuelos de sangre derramada por las calles. Existe, pero no trascienden al primer plano. Quedan en la sombra y lo único que se asoma a la pantalla es el dolor. La niña, la madre, el amigo del sargento a punto de jubilarse... y el cucurucho de palomitas que lo dice todo.
Cine negro. Thriller. Cine del Hacienda somos todos y del no hay derecho. A que las balas sustituyan a los impuestos. A que los que no tienen paguen por los que tienen demasiado, incluso armas y arsenales. A las mordazas. Al miedo.
Entre el documental y la ficción, una excelente película.
1 comentario:
De Nina Foch no recuerdo nada. Como siempre, si tu la recomiendas, habrá que buscarla.
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