Lang es de esos directores en los que siempre acabo refugiándome. Su personal manera de entender el cine con sus raíces (expresionistas) alemanas, su toque surrealista, su predilección por el art-déco o sus característicos encuentros de las luces con las sombras, hace tiempo que cautivaron mi interés por la filmografía del director germano y en cada nueva película suya siempre encuentro algo distinto.
Se dice que Tu y yo es, probablemente, una de las películas menos "languianas" que dirigió, y probablemente sea cierto. Un film más cerca del melodrama musical que del cine negro, con moralina redentora incluida, parece alejarse bastante de nuestros esquemas preconcebidos, y sin embargo, un análisis más profundo nos revela un trabajo absolutamente original que, en muchas secuencias, discurre por la línea de lo que fue el teatro de Bertold Brecht cuyo fin último no es tanto entretener al espectador como educarle. Asimismo encontramos sus peculiares entramados de luces ( la entrada a la habitación a la luz de una cerilla), cierto surrealismo (los ex presidiarios y sus canciones y claves musicales) y un aroma evidente de expresionismo alemán.
Pero estamos como dije antes ante un melodrama muy cercano a la comedia moralista y aunque aparentemente se nos antoje un Lang menor, la pura realidad es que estamos ante una pequeña y desconocida joya de su filmografía, con una Sylvia Sidney que es un encanto de mujer y de actriz y que da gusto verla y con un excelente George Raft menos encasillado que de costumbre en papeles tipo guardaespaldas o matón a sueldo, y con un guión con el que Lang nos maneja a su antojo entre la extrañeza y el encanto y que nos acaba dejando una bonita y original lección matemática.
Si alguien quiere conocer el verdadero cine de Lang le recomiendo que empiece por otras películas más representativas. La oferta es amplia. Tal vez Los espías, La mujer del cuadro o Perversidad. Pero ya metidos en harina, como se suele decir, You and me, es una buenísima elección.
Se dice que Tu y yo es, probablemente, una de las películas menos "languianas" que dirigió, y probablemente sea cierto. Un film más cerca del melodrama musical que del cine negro, con moralina redentora incluida, parece alejarse bastante de nuestros esquemas preconcebidos, y sin embargo, un análisis más profundo nos revela un trabajo absolutamente original que, en muchas secuencias, discurre por la línea de lo que fue el teatro de Bertold Brecht cuyo fin último no es tanto entretener al espectador como educarle. Asimismo encontramos sus peculiares entramados de luces ( la entrada a la habitación a la luz de una cerilla), cierto surrealismo (los ex presidiarios y sus canciones y claves musicales) y un aroma evidente de expresionismo alemán.
Pero estamos como dije antes ante un melodrama muy cercano a la comedia moralista y aunque aparentemente se nos antoje un Lang menor, la pura realidad es que estamos ante una pequeña y desconocida joya de su filmografía, con una Sylvia Sidney que es un encanto de mujer y de actriz y que da gusto verla y con un excelente George Raft menos encasillado que de costumbre en papeles tipo guardaespaldas o matón a sueldo, y con un guión con el que Lang nos maneja a su antojo entre la extrañeza y el encanto y que nos acaba dejando una bonita y original lección matemática.
Si alguien quiere conocer el verdadero cine de Lang le recomiendo que empiece por otras películas más representativas. La oferta es amplia. Tal vez Los espías, La mujer del cuadro o Perversidad. Pero ya metidos en harina, como se suele decir, You and me, es una buenísima elección.
1 comentario:
No conozco esta película (anotada) pero coincido contigo en que F. Lang consigue que las sombras sean coprotagonistas en sus películas. Recuerdo Metrópolos, M y la saga del Dr. Mabuse.
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