martes, 30 de junio de 2009

MARGIN FOR ERROR (OTTO PREMINGER - 1943)


Si bien la película tiene, a priori, sus atractivos, uno tiene la sensación de que son más las sombras que los gozos. Y aunque sea de Preminger e incluso el propio Preminger interprete el papel de cónsul de la Alemania nazi en los Estados Unidos de América y sobre todo, aunque actúe y bastante bien ese pedazo de fémina que se llamó Joan Bennett, la historia intenta un difícil equilibrio entre la comicidad inteligente y el panegírico de los valores democráticos de la sociedad USA. Y, en esa delgada cuerda floja, el film se desliza frecuentemente en vacíos carentes incluso de red protectora.

El propio Preminger llegó a "renegar" de estas películas iniciales de su etapa americana, previas a aquella Laura que le confirió patente de maestro del cine. Hombre, tanto como para renegar, no creo que llegue la cosa, y además no queda bien que el autor niegue su obra, pero no solo está a años luz de Laura sino que también está en una galaxia "far", "far", lejana respecto a aquella maravilla de Lubitsch
en la que también se abordaban en clave de humor inteligente los tópicos del nazismo. Aquí las sonrisas cómplices de To be or not to be, parecen despertarse para quedar inmediatamente congeladas.

Un loro llamado Churchill tiene su gracia. Su cuatrisílabo "ridículo" es soportable, pero el envenenamiento con uvas de la suerte ( o peor, de la desgracia), roza el patetismo. Un asesinato ti
ene su aquel, pero multiplicarlo por tres, produce ciertos bostezos. El fuhrer americano y sus cuchillos con mango de corcho, lamentable. Los "Heil Hitler" todo un escarnio, befa y mofa.

Film de risas ciertamente flojas que pretende descaradamente poner en los dos rincones del ring a dos contendientes bastante dispares, en uno, el democrático "modus vivendi" americano y en el otro, al gran dictador nazi. El país de las libertades frente a una gran nación pero gobernada por la locura y el despotismo. Combate con final anunciado, evidentemente. Victoria sin paliativos por KO técnico. El policía ameri
cano de orígenes judíos, como paladín de las libertades USA, defendiendo todo un consulado nazi. No se le puede negar su originalidad.

Y el trabajo de Preminger como el malévolo cónsul, todo un acierto.





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