La torre de Londres versión 1962 puede considerarse la secuela Corman del film del mismo título realizado en 1939 por Rowland V.Lee e interpretado por Basil Rathbone, Boris Karloff y el propio Vincent Price en su tercer papel en el cine y primero en el género que le daría celebridad.
El especialista en pozos, péndulos, máscaras de la muerte negra, caídas de casas Usher y otros terrores Poe, recoge el testigo shakespeariano y nos presenta un personaje histórico como Ricardo III Plantagenet en la versión del bardo de Avon quien, no pintaba al personaje precisamente como un bendito.
La historia y sus eruditos no avalan la versión de un Ricardo III deforme (jorobado y tullido) y asesino en serie, además de torturador sin escrúpulos. Algunas versiones achacan la leyenda negra del personaje a Henry Tudor, sucesor del trono como Enrique VII después de la muerte de Ricardo en Bosworth Field en 1485, quien compuso una versión de la casa Plantagenet, digamos, cuando menos, interesada a sus propios fines.
El caso es que con pocos datos históricos irrefutables y bastante ficción en forma de fantasmas, brujos, cuervos y mortales profecías, Roger Corman filma otro de sus trabajos de cine de terror con el presupuesto más que justo y donde se engarzan retales de trabajos previos. La atmosfera medieval está bien lograda, la fotografía en blanco y negro (a diferencia de otras películas suyas excesivamente coloreadas) se figura apropiada y la presencia de Vincent Price como valor seguro que prestigia el film con una soberbia actuación en que da vida a un regio torturador, torturado por sus propios miedos y remordimientos, son argumentos más que validos para darle un repaso a un film donde las urdimbres históricas son las justas, el toque Shakespeare el necesario y el terror el suficiente para seguir atados al sillón, recta la espalda y sin cardios previos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario