domingo, 30 de mayo de 2010

A PROPOSITO DE NIZA (JEAN VIGO - 1930)



La Iglesia tiene doctores y videntes. Jean Vigo con dos films y un par de seudo documentales está considerado uno de los pilares de la cinematografía europea. Y no digo que no fuese un realizador excelente con trabajos maestros pero le faltaron nuevas obras a las que el inevitable juicio del tiempo hubiese dado y quitado razones. Su vida se segó lamentablemente a una edad temprana como consecuencia de la tuberculosis, esa enfermedad tan aficionada a crear mitos. Y Vigo, sin duda, es un mito.

La muerte crea mitos pero no solo ella. La rebeldía, el individualismo y la locura también los crean, y Vigo era un rebelde con causa marcado por el asesinato de su padre en prisión y por las ideas anarquistas familiares. Su primer corto: A propos de Nice es una crítica del capitalismo y de la burguesía disfrazada de documental. Desde su inicio y por algunos momentos lo parece. Las vistas aéreas, la gente paseando, los casinos, la playa, todo parece clásico, aséptico y convencional, pero no, cuando nos confiamos y creemos ser viajeros de la máquina del tiempo de H. G. Wells observando la placidez del sueño descabezado por señores endomingados al sol del Mediterráneo, Vigo parece decirnos "A la merde" (el seudónimo de su padre como escritor fue Miguel Almereyda, anagrama de " y a de la merde") y empiezan las callejas, los desocupados, los cielos estrechados entre balcones de ropa tendida, los gatos entre la basura, los riachuelos de orines...

Y en una especie de éxtasis surrealista, Vigo se rodea de simbología fálica, edificios, chimeneas, paraguas y nos introduce en un mundo donde la belleza se convierte en ordinariez, donde las miradas buscan ese hueco que queda entre piernas cruzadas, donde las faldas carnavaleras se levantan mas de lo conveniente con un telón de fondo de lápidas y figuras mortuorias. Niza dejó de ser Niza. Niza es algo así como una dantesca comedia donde el paraíso y el infierno se comunican sin apenas purgatorios.

No me entiendan mal. Jean Vigo era un genio en potencia desde el primer fotograma de A propos de Nice. Solo afirmo que le faltó tiempo...

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