Una película con Doris Day y Jack Lemmon. Transparente y en botella: Comedia. Rica, rica y sin demasiados fundamentos. De nuevo la línea Capra al poder, pero sin Capra, que es lo peor. Las virtudes de Richard Quine siendo buenas no son las de Frank y Caballero sin espada (Mr. Smith goes to Washington) solo hay uno.
Porque no hay que ser un especialista en mensajes cinematográficos subliminales y profundos para darse cuenta de que La Indómita y el millonario es un alegato en contra del pisoteo descarado y con recochineo de los derechos individuales por parte de los grandes monstruos empresariales. Porque miren ustedes, aunque el pez grande se coma la langosta chica, lo menos que puede exigírsele es que se lo coma con educación, o sea con absoluto respeto a la legalidad vigente y a los pocos derechos que asisten a los crustáceos. Este es el quid de un film donde el empresario de ferrocarriles Malone, “el hombre más malo del mundo”, pisotea e intenta aplastar con el peso de su brutalidad, a Jane “la mujer langosta”, empresaria suministradora de estos apreciados animalitos a las mesas de hoteles, restaurantes y otros centros de la “jet”.
La lucha de David contra Goliath siempre ha suscitado expectación. La gente de la calle y el cuarto poder toman rápidamente partido a favor del débil cuando el gigante de turno además de gigantesco es un impresentable de tomo y lomo. Y claro, en los años 50 lo mismo que ahora, los periódicos, la radio y la TV buscan carnaza y se manejan al filo de la noticia lo cual es inconveniente para quienes hacen de la ilegalidad y el trapicheo su residencia permanente. Por consiguiente, como no podía ser de otro modo, las presiones populares y mediáticas, obran el milagrito capriano y el tal Malone acaba presentando instancia para bendiciones divinas.
Con la consiguiente historia de amor, blanca de día y requeteblanca de noche, apropiadísima para toda la familia unida frente al televisor, la película cumple, que no convence. Jack Lemmon y Doris Day son dos excepcionales actores. Es difícil que una película donde ellos intervengan sea solemnemente mala, pero algunas se quedan en entretenidas moralinas sin apenas chicha ni limoná. La línea Capra, “far, far away”
Porque no hay que ser un especialista en mensajes cinematográficos subliminales y profundos para darse cuenta de que La Indómita y el millonario es un alegato en contra del pisoteo descarado y con recochineo de los derechos individuales por parte de los grandes monstruos empresariales. Porque miren ustedes, aunque el pez grande se coma la langosta chica, lo menos que puede exigírsele es que se lo coma con educación, o sea con absoluto respeto a la legalidad vigente y a los pocos derechos que asisten a los crustáceos. Este es el quid de un film donde el empresario de ferrocarriles Malone, “el hombre más malo del mundo”, pisotea e intenta aplastar con el peso de su brutalidad, a Jane “la mujer langosta”, empresaria suministradora de estos apreciados animalitos a las mesas de hoteles, restaurantes y otros centros de la “jet”.
La lucha de David contra Goliath siempre ha suscitado expectación. La gente de la calle y el cuarto poder toman rápidamente partido a favor del débil cuando el gigante de turno además de gigantesco es un impresentable de tomo y lomo. Y claro, en los años 50 lo mismo que ahora, los periódicos, la radio y la TV buscan carnaza y se manejan al filo de la noticia lo cual es inconveniente para quienes hacen de la ilegalidad y el trapicheo su residencia permanente. Por consiguiente, como no podía ser de otro modo, las presiones populares y mediáticas, obran el milagrito capriano y el tal Malone acaba presentando instancia para bendiciones divinas.
Con la consiguiente historia de amor, blanca de día y requeteblanca de noche, apropiadísima para toda la familia unida frente al televisor, la película cumple, que no convence. Jack Lemmon y Doris Day son dos excepcionales actores. Es difícil que una película donde ellos intervengan sea solemnemente mala, pero algunas se quedan en entretenidas moralinas sin apenas chicha ni limoná. La línea Capra, “far, far away”
3 comentarios:
Estimado Father, no la he visto, pero me la apunto para un posible visionado que no se decirle cuándo se producirá, pues cada día tengo más libros y películas pendientes. Aunque eso de que sea un Capra sin Capra, no sé, no sé...
Un saludo
En realidad todos mis comentarios pretenden que las películas analizadas se apunten. Eso si. Están la libreta de las que hay que ver necesariamente, la libreta de las "ni fu ni fa" y la de El Paso donde no van los westerns sino aquellos films de los que hay que "pasar".
En mi opinión, salvo razones personales de cada cual, esta encaja en la segunda libreta.
La linea Capra pero sin Capra, como seguro has entendido es ese estilo de películas moralistas, tipo Caballero sin Espada, Juan Nadie o La locura del dolar, con muchas moralinas por doquier. Pero Capra solo hubo uno.
Saludos. Siempre es un gusto encontrarte por aqui
Me alegra comunicaros que ya podéis “recoger” el diploma acreditativo de vuestro bien merecido PREMIO AMADO-BLOG en esta dirección: http://amado-amadoblog.blogspot.com/
¡ENHORABUENA Y QUE NO DECAIGA ESE BLOG NUNCA!!
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