Me
atrevo a decir que es esta una película imprescindible para
cualquier cinéfilo que se precie, no tanto por ser un “film 10”,
que a mi juicio no lo es, sino para darnos cuenta de que el
presupuesto no lo es todo y que la imaginación y la capacidad de
innovar son valores que no se encuentran fácilmente en el mundo, ni
en el cinematográfico ni en ninguno. Por ello cuando los
encontramos, debemos detenernos y disfrutarlos. Es muy frecuente en
el cine, especialmente en el actual, que el dinero se halle justo
detrás del talento. Así, cuando con fondos escasos se realizan
obras como Gun Crazy no queda otra que reconocerlo y aplaudir.
Y
digo que no es un film perfecto por detalles, quizás menores, que no
alteran la sustancialidad de la historia pero que resultan un tanto
ingenuos o increíbles. Como ejemplo, no resulta lógico que en una
feria los feriantes accedan a jugarse el físico con el primero que
presume de puntería o determinadas situaciones que se producen en la
huida de la pareja, pero son circunstancias digamos sin demasiada
trascendencia que no menguan el excepcional estudio psicológico de
los personajes ni el innovador tratamiento fotográfico merecedor de
un comentario más especializado y con mayores conocimientos que los
de servidor.
Curiosamente,
el film se ha encuadrado en el noir a pesar de que la gran parte de
su acción transcurre en tiempo diurno y espacios soleados. Estoy
ciertamente de acuerdo con este encuadramiento, sobre todo porque nos
encontramos frente a una de las “femmes fatales” con más fuerza
de perdición para el sexo opuesto de las que en el noir han sido:
Annie Laurie Starr (Peggy Cummins), cuya vida carece de sentido sin
la audacia y el riesgo, y que es la viva imagen de la atracción
fatal. Echando mano del refranero, no hay otro más adecuado al caso
que aquel de “Si tu mujer te pide que te tires por un tajo, pídele
a Dios que sea bajo”. Más gráfico imposible.
A
su lado Barton Tare (John Dell), quien venció las frustraciones de
su niñez aprendiendo a disparar y que en la madurez, licenciado del
Ejercito, cruza su camino con el de Annie Laurie, tiradora
profesional de feria. Se unen, como se dice en la película, la
pistola y la munición, en un cóctel explosivo donde la pasión y
las armas de mujer hacen el resto, de forma que del tiro al neumático
se pasa al tiro al hombre y al asesinato. Las pistolas para él no
son un instrumento mortal. Para ella si. Con ellas se liberan todos
sus miedos, mientras que Barton queda aterrorizado con el hecho de
que seres inocentes deban morir para que ellos tengan una vida de
lujo sin necesidad de trabajar.
Porque
miren, el trabajo no debe escasear cuando ambos consiguen colocación
en una empresa de carne (uno de esos puntos débiles del film por su
nulo desarrollo) y nada impediría que llevasen una vida tranquila y
hogareña como la de la hermana de nuestro protagonista. Pero no, las
grises rutinas y el cambio de pañales no están hechos para Annie
quien tiene los valores familiares a la altura del betún hasta el
punto de proponer secuestrar al pequeño sobrino de su esposo
prácticamente como escudo humano.
La
película no se queda en este magistral estudio psicológico sino que
el aspecto del arte fotográfico encontramos genialidades como la
filmación de un atraco desde el interior de un coche, uno de los
momentos más famosos de este film, y momentos sublimes como la
escena introductoria bajo la lluvia o la final entre las brumas.
Entre ambas, una road movie, negra, psicológica y magistral, con una
temática común o similar a películas como Bonnie and Clyde, La
Huida, Al final de la escapada, Los amantes de la noche o Solo se
vive una vez, referencia del cine de autor y de la nouvelle vague.
Serie B únicamente en la medida que su presupuesto sobrepasó en
poco los 400.000 $. En definitiva una obra imprescindible.
Puntuación:
8,85
10 comentarios:
Yo no voy a puntuar, pero coincido contigo casi punto por punto, además la he visto hace relativamente poco y se sigue mostrando igual de lozana y dinámica, igual de sugestiva , sexualmenee hablando, con esa forma que tiene Laurie de excitarse con los tiroteos, ese amor fou y con un final al nivel de toda la película. Es la simpiterna reina de la serie B Negro.
Un saludos
Roy
No tenia ni idea de su existencia pero si tengo ocasión la veré.
La lista crece con vuestras recomendaciones.
Saludos Father
Es una de las películas que tenía pendientes porque alguien me había hablado en positivo o porque había leido algo interesante. Esta misma tarde la he visto para poder comentarte. Efectivamente, una pequeña joya. Me parece que los de la "nouvelle vague" no se enteraron y por ello no la conocemos suficiente. La fotografía es magnífica, cuida hasta el aparcamiento de una furgoneta. La interpretación es de 5 estrellas. Y lo más curioso, me ha hecho mucha ilusión ver a Russ Tamblin, unos pocos años antes de "7 novias para 7 hermanos en una muy buena interpretación como introducción al amor por las armas. Queda guardada para volver a verla y prestársela a quien sepa apreciar el buen cine.
Una obra maestra. Interesante el personaje de John Dall con su fijación desde niño por las armas. Posiblemente sea la primera road movie del cine. La recomiendo. Borgo.
Vaya, pues ni idea de este film noir ni de esta femme fatal.
Qué gracia tiene el refrán, no lo conocía. La verdad es que las mujeres –en el cine y fuera de él– tenemos una gran fama de maquiavélicas. A ver si puedo ver cómo se las gasta esta Annie...
Un saludo
Roy: Las joyas como esta, aun serie B (de buenas) no son bisutería sino auténticos diamantes. Y muy desconocidos.
En la serie B y en ese Noir que tan bien se presta a la "contienda" entre presupuesto y calidad, encontramos auténticas maravillas (aunque ya no resulte original, por ejemplo Detour y el cine de Ulmer.
Gracias Roy por pasarte por este "juzgado".
¡Por la señorita Lilí!
Abril: Cuando no estaban tan de moda las listas de películas, recuerdo facilitaron en promoción un libro de bolsillo (bastante gordo) sobre lo mejor del cine. Allí, entre lo mejor de lo mejor ya figuraba. Lo que sucedió fue que la versión que conseguí tenía deficiencias. Por ello "el cielo se hizo esperar"
Eso si, hay que ponerse las gafas de cinéfilo, para que el disfrute sea completo.
Saludos.
Jack: Has dicho una frase clave "para quien sepa apreciar el buen cine". Es coincidente con lo que le digo a Abril: "hay que ponerse las gafas de cinéfilo".
La resultante es magnífica y me alegro de haber contribuido a que la rescataras (y que me disculpe por un ratito, Kurosawa)
Saludos amigo
Mara: La mayoría de hombres casados conocemos y practicamos el refran. No nos queda otra.
Soltero, en mi Barcelona natal, del refrán en cuestión, "nati di nati" pero con el cambio de estado "vinieron las lluvias, el escándalo y el refrancito de marras" que por cierto conocí en Andalucía.
Aclaro: No sacar conclusiones equivocadas. En mi idioma, wife y happy significan lo mismo.
Hablando de cine: Si tienes un huequecito pues es una magnífica opción.
Saludos
Miquel: Tu recomendación no pesa normal, pesa mucho más.
Puede calificarse dentro de muchos géneros pero también en el de road movie, especialmente por ese final cambio de dirección que tanto condiciona al destino.
Saludos
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