lunes, 7 de enero de 2008

LA JAURIA HUMANA (ARTHUR PENN - 1966)






Aun está por ver que nos traerá el nuevo año en cuestión de cine. Con toda seguridad algunas gotas de obras magistrales, un chorrito de pelis comerciales tipo Indiana Jones de aceptable calidad y bodrios al gusto del consumidor con muchos FX y persecuciones de coches a go-go.

Por ello, mientras llegan tales “prodigios” me contento con mi cine de antes, es decir, el de siempre. Ese que “me acompaña, como el amigo más fiel”. El que no me abandona, como el desodorante del anuncio. “Ellos nunca lo harían...” Ese cine que no me va a dejar tirado en medio de la carretera como si fuese una road-movie de medio pelo. Si. Estoy hablándoles de ese cine que se terminó, R.I.P., allá por los 70. Y algunas se colaron de rondón mientras se estaba colgando el “no hay billetes”. Gracias a Dios, porque sino me estaría dejando fuera los 2 magistrales Padrinos, y eso si que me quitaría todos los puntos de mi carné cinéfilo. ¡Y hala a examinarme de nuevo!.

Como una cosa va llevando a la otra y sin más preámbulos, El Padrino me lleva a Marlon Brando y éste a la primera película vista en este 2008: La jauría humana. Peliculón donde los haya. Reparto excepcional donde los haya. Interesante mezcla de experiencia y savia joven. Excelente guión que toma como punto de partida el libro The Chase de Horton Foote, especialista en “small-towns”. John Barry a la batuta que como sabrán no es un nuevo de esto. Vamos que la cosa tiene de todo y pinta bien.

Y lo fundamental, dirigida por Arthur Penn, autor, entre otras, de Bonnie and Clide y de Pequeño Gran Hombre. Las intenciones de Penn acerca de retratar la sociedad americana, parecen evidentes. Sin embargo lo que aparece en la foto no tiene el genuino sabor americano sino que es muy fácil extenderlo a la propia especie, atinadamente llamada jauría humana, por su capacidad devoradora.

Ricos devoradores de pobres, la infidelidad devorando a la frustración disfrazada de candidez, blancos devorando a negros, la corrupción intentando devorar a la integridad. Como verán la cosa no tiene desperdicio. Tanto que hasta el teóricamente más bandido es Santa Margarita de las Ánimas Benditas si lo comparamos con el resto de sus conciudadanos que, ¡sorpréndanse!, andan sueltos como si tal cosa.

No es de la Metro, que si lo fuese, al león lo hubiesen desplazado al medio de la cinta por equilibrar un poco la cosa con tanta fiera circulando a sus anchas.

Punto y aparte: Marlon Brando, en uno de sus mejores papeles (¿Y van...?)
Punto y seguido: Robert Redford, Angie Dickinson, Jane Fonda y James Fox.

Es un gusto encontrarlo: Robert Duvall

Mención para la veteranía: E. G. Marshall y muy, muy especial para Miriam Hopkins, actriz puntera de los 30 (¿Recuerdan Un Ladrón en mi alcoba de Lubitsch?). Quien tuvo retuvo y guardó para la vejez.

Les deseo que el año recién estrenado nos traiga a todos muchas de éstas.



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