sábado, 10 de enero de 2009

SUCEDIO MAÑANA (RENE CLAIR - 1944)


Después de haber regresado al futuro no una sino tres veces y de haber tenido el tiempo en nuestras manos como Rod Taylor, no me negarán que nuestra capacidad de sorpresa ante Sucedió mañana ha de ser necesariamente mínima. Incluso aquel Déjà vu con Denzel Washington ya nos inmunizó para este tipo de cosas. Sin embargo, no me interpreten mal, Sucedió mañana es infinitamente mejor y hasta más creíble que el superbodrio de Tony Scott donde lo único digerible son las palomitas.


René Clair nos vende su proyecto de la única forma posible, como una mezcla entre los cuentos de la abuelita Capra y los relatos con moraleja de Rohmer. Sus realidades virtuales y sus universos paralelos no pretenden engañar al espectador. El desaparecido abuelo se sabe que forma parte de un cuento con moraleja que nada tiene que ver con fuerzas esotéricas u ocultas. Y todo lo que sucede es una historia tierna (tal vez demasiado) pero muy apropiada para ser contada a los niños antes de dormir.


Echamos en falta a Cary Grant. Es cierto. Esta es una de las suyas. De esas comedias a las que hay que darle el toque de distinguido cinismo que le caracterizaba, pero Dick Powell está correcto. Lo mismo que Linda Darnell que siempre parece como que no está pero que acaba estando. El resto del elenco bien. Y la batuta directora del realizador francés conduce de forma excelente una obra que en otras manos hubiese, probablemente, acabado en el baúl de la ramplonería.


Si no buscan obras maestras, la verán con mucho agrado.



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