En este siglo XXI donde el cine se ha beneficiado de una tecnología informática impensable unos cuantos años atrás, puede no parecer muy normal que nos sigan sorprendiendo los artesanales efectos especiales de una película rodada en 1924 por un cineasta de la talla de Raoul Walsh, pero les aseguro que así es. No hay comparación posible con los FX actuales pero tienen el encanto de lo primitivo, de lo arqueológico. ¿Que es mejor, un Velazquez o las pinturas rupestres de Altamira? Preguntas sin sentido en busca de respuestas con sentido.
El ladrón de Bagdad no puede verse con los mismos ojos que acaban de ver Matrix o similares. Con todos mis respetos para Matrix que me parece una excelente película. Hay que cambiar el chip. Disponernos a vivir el sabor de la aventura, de los cuentos de las mil y una noches en Arabia, en el Bagdad de los sueños y de las fantasías. Ver como vuelan las alfombras. Escuchar el canto de las sirenas. Hablar con el viejo del mar. Trepar por cuerdas imposibles. Ser Príncipe de los Mares y de las Islas por un día.
Es cierto que es una película de nuestras abuelas protagonizada por el Clooney de nuestras abuelas (Douglas Fairbanks), pero eso no descalifica la película "per se", sino que tan solo nos obliga a situarnos en una posición temporal distinta y a valorar en lo que se merece una película inmortal con unos decorados que son, ni más ni menos que aquellos cuentos con los que se arropaban nuestras noches infantiles. La sombra de Aladino e incluso la de Alí Baba se ciernen sobre nuestros ojos amigablemente.
Es cierto que Fairbanks anda algo pasado de teatralidad. Es cierto que la verdadera estrella femenina de la película es una Anna May Wong en su papel de esclava mongol. Es cierto que a la película le hubiese sentado de maravilla un color que estaba pero que no estaba. Todo ello es cierto. Como también lo es esa frase escrita en el cielo oriental de que la felicidad hay que ganársela. Les aseguro que viendo esta película, con los ojos libres, se gana antes.
1 comentario:
Tu comentario derrocha sinceridad y como a mi tambien me gusta Matrix pues me pongo manos a la obra para ver "El ladron de Bagdad"
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