Siempre consideré Los crimenes de la Rue Morgue como la obra de Poe menos terrorífica. Otras novelas de su colección Historias extraordinarias tales como El gato negro o La barrica de amontillado la aventajan en escalofríos y desasosiegos. Sin embargo es un punto de partida interesante para una película que, a poco que se hagan las cosas bien, resulta francamente interesante.
Interesante no significa creíble, vaya eso por delante, pero dentro de una consciente y sana incredulidad la película de Roy del Ruth consigue que pasemos un buen rato aunque la ración de misterio e incertidumbre sea muy escasa sobre todo si hemos leído la obra del estadounidense. De alguna forma retomamos aquellas inquietantes lecturas nocturnas de aquellos años sin chateos ni Internet, redescubriendo el mismo "efecto Poe" que un día impresionó nuestras sensibilidades juveniles.
Nuestra imaginación juvenil paseó atemorizada por la misma Rue Morgue, probablemente se cruzó con el mismo gendarme al servicio de las damas que volvían solas a sus residencias, vivió el mismo ambiente libertino y bohemio y parpadeó curiosa ante las luces de gas y los colores festivos de los cabarets. Por eso nos sentimos identificados con esta película de Roy del Ruth , que, en un claro ejercicio de trapecio circense, consigue remontarnos a los felices años de morbosas y todavía inquietantes pesadillas.
Cinematográficamente, destacar ese actor donde los haya y cuya presencia cuando menos es sinónimo de profesionalidad. ¿Alguien recuerda una mala interpretación de Karl Malden?. Destacable asimismo la labor de un joven Steve Forrest y, aprobado general para el conjunto de actores. Una música que acompaña adecuadamente, una fotografía que mima los colores y que respeta los entresijos del argumento, y por último la intuición desde la doble dimensión de los efectos 3D que, con los accesorios adecuados, pudieron ver los espectadores de la época: Globos, cancán y fantasmas que en su impetuosa salida de la oscuridad parecían atravesar fondos, pantallas y esas cosas para caer sobre unos espectadores que, como todavía no habían inventado lo de Disneyland París, pues corrían y chillaban histéricamente.
Interesante no significa creíble, vaya eso por delante, pero dentro de una consciente y sana incredulidad la película de Roy del Ruth consigue que pasemos un buen rato aunque la ración de misterio e incertidumbre sea muy escasa sobre todo si hemos leído la obra del estadounidense. De alguna forma retomamos aquellas inquietantes lecturas nocturnas de aquellos años sin chateos ni Internet, redescubriendo el mismo "efecto Poe" que un día impresionó nuestras sensibilidades juveniles.
Nuestra imaginación juvenil paseó atemorizada por la misma Rue Morgue, probablemente se cruzó con el mismo gendarme al servicio de las damas que volvían solas a sus residencias, vivió el mismo ambiente libertino y bohemio y parpadeó curiosa ante las luces de gas y los colores festivos de los cabarets. Por eso nos sentimos identificados con esta película de Roy del Ruth , que, en un claro ejercicio de trapecio circense, consigue remontarnos a los felices años de morbosas y todavía inquietantes pesadillas.
Cinematográficamente, destacar ese actor donde los haya y cuya presencia cuando menos es sinónimo de profesionalidad. ¿Alguien recuerda una mala interpretación de Karl Malden?. Destacable asimismo la labor de un joven Steve Forrest y, aprobado general para el conjunto de actores. Una música que acompaña adecuadamente, una fotografía que mima los colores y que respeta los entresijos del argumento, y por último la intuición desde la doble dimensión de los efectos 3D que, con los accesorios adecuados, pudieron ver los espectadores de la época: Globos, cancán y fantasmas que en su impetuosa salida de la oscuridad parecían atravesar fondos, pantallas y esas cosas para caer sobre unos espectadores que, como todavía no habían inventado lo de Disneyland París, pues corrían y chillaban histéricamente.
3 comentarios:
Perdona que me atreva a corregirte pero en España se llamó "El fantasma de la calle Morgue" y la recuerdo muy bien porque con "Los crimenes del museo de cera" fue de las que me gustaron porque me las creía. Era un niño.
Me parece magnífico que me corrijas, porque si me metí en esto del cine y los comentarios fue, sobre todo por aprender. El título queda corregido y yo agradecido por tu comentario.
Por cierto, aunque algo más en los libros que en el cine, yo también me las creía...
Saludos Pepe.
Acabo de ver otra de tus recomendaciones; entre que las leo en tu blog, las consigo y tengo ocasión de verlas, siempre pasa un tiempo. Es "La mujer del granjero" y estoy de acuerdo contigo en que es una película llena de sugerencias. Destaca la interpretación de la protagonista muy por encima de los demás que son demasiado teatrales. La planificación indica que sabe comunicar con imágenes. Muy divertida la entrada de la criada con la bandeja de helados derretidos o la entrada de la madre del párroco a la fiesta. Ya, en esta película, se puede decir lo del mago del suspense porque mantiene todo el interés del espectador por saber si se casara con… No desveles el final, como en “Psicosis”
Publicar un comentario