Captive Wild Woman (La mujer fiera) podría ser muy bien una de esas películas - complemento en aquellas impagables sesiones dobles de los cines de barrio. Sus 61 minutos aseguran entretenimiento serie B si no se es demasiado exigente y la mano directora de Edward Dmytryck (Encrucijada de odios, Los insaciables, El motín del Caine) nos deja sus buenos mínimos de calidad. No obstante, estamos ante un film prescindible salvo que estemos especialmente interesados en la obra de Dmytryck, en los films de tema genético o en el cine de terror de la Universal. Un cine que, en los 30 dejó obras maestras y en los 40 se lanzó por el terreno de las secuelas con bajones cualitativos más que evidentes.
Podría ser el complemento de La mujer pantera de Jacques Tourneur, película a años luz en cuanto a calidad pero con ciertas semejanzas. La fuerza animal de la mirada, por ejemplo, o la agresividad innata en momentos extremos. No obstante, el atavismo del film de Tourneur no guarda correlación alguna con los experimentos genéticos del científico loco Sigmund Walters - John Carradine en otra excepcional actuación – por lo que desprovisto de un argumento misterioso o inquietante, La mujer fiera se trastoca en un film vulgar y muy predecible construido en un entorno circense y donde las escenas de doma de leones y tigres acaparan en exceso el tempo cinematográfico.
Ciertas lecturas de la película hacen hincapié en los paralelismos entre la doma circense y la doma científica. Bien, es una idea. Sin embargo, gracias a Dios, la transformación de simios en hermosas mujeres anda todavía entre balbuceos, genéticamente hablando, lo cual es una suerte, porque aunque una mujer - bella o no - es siempre bienvenida al club, no andamos sobrados de primates. O sea que mejor dejamos las cosas como están.
No quiero ser demasiado cruel con una película que, aunque serie B, se deja ver y lanza la figura de la "mujer simio" sobre unos escenarios ya bastante repletos con las más diversas "perlas" de la iconografía monstruil. Tampoco esta mal que se nos invite a la reflexión sobre los límites de la ciencia, tema por cierto de actualidad candente, como demuestra el debate sobre los trabajos con células madre. Y además es muy probable que les entre el gusanillo de ver alguna que otro trabajo cinematográfico de Acquanetta, india arapahoe nacida en una reserva de Wyoming y que gracias a su exótica belleza fue especialmente buscada por los B-seguidores.
Podría ser el complemento de La mujer pantera de Jacques Tourneur, película a años luz en cuanto a calidad pero con ciertas semejanzas. La fuerza animal de la mirada, por ejemplo, o la agresividad innata en momentos extremos. No obstante, el atavismo del film de Tourneur no guarda correlación alguna con los experimentos genéticos del científico loco Sigmund Walters - John Carradine en otra excepcional actuación – por lo que desprovisto de un argumento misterioso o inquietante, La mujer fiera se trastoca en un film vulgar y muy predecible construido en un entorno circense y donde las escenas de doma de leones y tigres acaparan en exceso el tempo cinematográfico.
Ciertas lecturas de la película hacen hincapié en los paralelismos entre la doma circense y la doma científica. Bien, es una idea. Sin embargo, gracias a Dios, la transformación de simios en hermosas mujeres anda todavía entre balbuceos, genéticamente hablando, lo cual es una suerte, porque aunque una mujer - bella o no - es siempre bienvenida al club, no andamos sobrados de primates. O sea que mejor dejamos las cosas como están.
No quiero ser demasiado cruel con una película que, aunque serie B, se deja ver y lanza la figura de la "mujer simio" sobre unos escenarios ya bastante repletos con las más diversas "perlas" de la iconografía monstruil. Tampoco esta mal que se nos invite a la reflexión sobre los límites de la ciencia, tema por cierto de actualidad candente, como demuestra el debate sobre los trabajos con células madre. Y además es muy probable que les entre el gusanillo de ver alguna que otro trabajo cinematográfico de Acquanetta, india arapahoe nacida en una reserva de Wyoming y que gracias a su exótica belleza fue especialmente buscada por los B-seguidores.
Propuesta de sesión doble: La mujer fiera - La fiera de mi niña. ¿Que tal?
Para poner tierra de por medio...
2 comentarios:
Ja, ja, ja,....¡estupendo hallazgo!..¿te imaginas una reunión de amigos con buena munición de aperitivos y diversos drinkis, visionando un par de joyas como la que muestras?
La historia del Subhollywood industrial está por escribirse, Father. Gracias al Youtube y la mula hoy tenemos acceso a todos estos miles de metros de celuloide que alimentaba los cines de barrio.
Voy a seguirle la pista a esta Acquanetta, me parece interesante.
Muy fuerte lo de sugerir una doble sesion de ésta con "La Fiera de mi niña", muy fuerte.
Un abrazote.
En esos tiempos la ciencia era sólo para unos poquitos y sentadito en su butaca los espectadores creian poder alcanzar otros mundos. Pero algunos directores, o más bien los productores, tomaban a los espectadores por tontos y así salían las cosas.
Saludos
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