Flaherty y Murnau. Dos formas distintas de transmitir la realidad a través del cine. El documentalista Flaherty dejando que la naturaleza hable por sí misma. Murnau escribiéndole el guión a la naturaleza. Flaherty situando magistralmente su cámara delante mismo de la vida. Murnau colocando la vida frente a su cámara. Por ello estaban condenados a no entenderse. Por eso mismo Flaherty abandona un proyecto que considera artificioso. Sinceramente, en manos de cualquier otro director el proyecto hubiese perdido autenticidad pero con Murnau no. La "ficticia" historia de amor se incorpora a la cotidianeidad de la vida indígena que tal parece que la cámara "pasaba por allí" al tiempo que ocurrían los hechos. Y, aunque la película respira el aire documental Flaherty, es puro Murnau. Un Murnau cosecha del 31 capaz de seducir a los paladares más exigentes.
El Murnau de Amanecer, en el insospechado ocaso de su vida, atacaría con Tabú. Una película, no prohibida sino obligada e imprescindible. Distinta a Sunrise y sin esa nota diferencial que sacude nuestras sensibilidades, pero así y todo una excelente película que habla de vida y habla de muerte, donde se baila llorando y donde en la más absoluta de las tragedias hay tiempo para el amago de una sonrisa. Tabú es desesperación, inocencia, civilización incivilizada y educado salvajismo. Tabú son contrastes. El paraíso cuasi original versus el paraíso perdido.
Y como he dicho antes, el director dispone la vida frente a su cámara, pero el cuadro que dispone para ser fotografiado es idéntico a la vida misma. Probablemente Flaherty encontrase diferencias pero nosotros como espectadores solo encontramos una: La castidad de las vestimentas incluso en las escenas de baño solo es entendible desde tabúes morales a los que ni siquiera Murnau fue capaz de resistirse. El resto tiene el aroma de los limones no del Caribe sino de los Mares del Sur y la barcaza se llama Moana, nombre que no nos sabe a hierba sino a jabón tropical.
Una joya del cine silente, imprescindible para los amantes del cine mudo, los del cine en general y para todos aquellos que conserven algo de sensibilidad dentro de sí en los tiempos que corren.
El Murnau de Amanecer, en el insospechado ocaso de su vida, atacaría con Tabú. Una película, no prohibida sino obligada e imprescindible. Distinta a Sunrise y sin esa nota diferencial que sacude nuestras sensibilidades, pero así y todo una excelente película que habla de vida y habla de muerte, donde se baila llorando y donde en la más absoluta de las tragedias hay tiempo para el amago de una sonrisa. Tabú es desesperación, inocencia, civilización incivilizada y educado salvajismo. Tabú son contrastes. El paraíso cuasi original versus el paraíso perdido.
Y como he dicho antes, el director dispone la vida frente a su cámara, pero el cuadro que dispone para ser fotografiado es idéntico a la vida misma. Probablemente Flaherty encontrase diferencias pero nosotros como espectadores solo encontramos una: La castidad de las vestimentas incluso en las escenas de baño solo es entendible desde tabúes morales a los que ni siquiera Murnau fue capaz de resistirse. El resto tiene el aroma de los limones no del Caribe sino de los Mares del Sur y la barcaza se llama Moana, nombre que no nos sabe a hierba sino a jabón tropical.
Una joya del cine silente, imprescindible para los amantes del cine mudo, los del cine en general y para todos aquellos que conserven algo de sensibilidad dentro de sí en los tiempos que corren.
1 comentario:
Imprescindible de ver. No hay excusas para dejar de ver esta maravillosa película. De hecho hay que recomendar toda la obra de Murnau.
Presté a cierta persona "Amanecer" y me devolvió el DVD diciendo que le había aburrido porque era muda y en blanco y negro.....
¿Nadie ha pensado en alguno de los gobiernos que nos desgobiernan en incluir la asignatura de cine en las escuelas?....Creo que están más interesados en reclamar el canon que en promocionar buen cine. En fin.
Un abrazote.
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