
Menos mal que los flashback del film nos regalan la sensualidad de la diva bailando El negro zumbón. De lo mejor de una película que aun contando con magníficos actores, el mismo elenco de Arroz Amargo, es decir Raf Vallone y Vittorio Gassman, no resiste con ella una comparación seria. Aquí, como en tantas películas de la época tanto españolas como italianas pesa mucho la moralidad y el cine es el vehículo transmisor por excelencia de mensajes católicos conformes a los cánones de la Iglesia apostólica y romana. Esto priva un tanto de misterio a Ana (con propiedad Sor Ana) y los acontecimientos transcurren dentro de lo ortodoxo, lo convencional y lo moralmente adecuado para la época. Esta previsibilidad unida a un metraje demasiado extenso para lo que hay que contar, hace que la obra de Lattuada se parezca más a un versículo del Evangelio probablemente con referencias a Maria de Magdala que a una situación real en una época real. Curiosamente, todo ello en un envoltorio neorrealista del que Alberto Lattuada puede considerarse un buen exponente. Sorpresas te da la vida.
1 comentario:
Acabo de ver la película y estoy totalmente de acuerdo. Volveré por este blog que promete ser muy interesante.
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