Como afirmé en mi comentario a otra película de Duvivier, Flesh and Fantasy (Al margen de la vida), no soy demasiado amante de las películas-sketch porque suele suceder que las historias breves por buenas que sean no son doblemente buenas. Pero Duvivier le tiene cogido el truco a esto y nos ofrece una colección de historias unidas por un hilo conductor, donde la duración individual de cada sketch guarda proporción directa con el interés para los espectadores, de forma que las historias más anodinas no resultan pesadas, gracias a su brevedad.
En torno a un frac que efectúa su entrada triunfal en los aposentos de un afamado actor (Charles Boyer) se tejen y se desgranan una serie de acontecimientos hábilmente contados por el director francés, bien acompañado de un excelente conjunto de actores, algunos de los cuales le volverán a acompañar en Flesh and fantasy. Así, tenemos a Charles Boyer, Rita Hayworth, Charles Laughton, Edward G. Robinson, Henry Fonda y mi admiradísimo Thomas Mitchell entre otros.
Es cierto que hay sketchs excelentes y otros no tanto, pero en su conjunto la película es un acierto. Destacaría la historia del vagabundo abogado acudiendo a la cena de ex-alumnos universitarios, con un Edward G. Robinson genial. Pero, como sucede en todas las películas donde interviene, estando Charles Laughton debemos quitarnos el sombrero. Ya lo hice muchas veces. Bien, pues una más.
La película destila humor, ironía, cierta moralina y bastante imaginación, y en su conjunto resulta agradable de ver y a pesar de una duración algo excesiva para la época (118 minutos) no resulta pesada.
En torno a un frac que efectúa su entrada triunfal en los aposentos de un afamado actor (Charles Boyer) se tejen y se desgranan una serie de acontecimientos hábilmente contados por el director francés, bien acompañado de un excelente conjunto de actores, algunos de los cuales le volverán a acompañar en Flesh and fantasy. Así, tenemos a Charles Boyer, Rita Hayworth, Charles Laughton, Edward G. Robinson, Henry Fonda y mi admiradísimo Thomas Mitchell entre otros.
Es cierto que hay sketchs excelentes y otros no tanto, pero en su conjunto la película es un acierto. Destacaría la historia del vagabundo abogado acudiendo a la cena de ex-alumnos universitarios, con un Edward G. Robinson genial. Pero, como sucede en todas las películas donde interviene, estando Charles Laughton debemos quitarnos el sombrero. Ya lo hice muchas veces. Bien, pues una más.
La película destila humor, ironía, cierta moralina y bastante imaginación, y en su conjunto resulta agradable de ver y a pesar de una duración algo excesiva para la época (118 minutos) no resulta pesada.
3 comentarios:
Los filmes de episodios no suelen figurar de manera relevante en las historias del cine, pero, pese a su fama de "productos irregulares" suelen contener auténticas gemas que bien podrían presentarse como cortos o incluso micro-films (no de los que suele usar james Bond, ja, ja...)
Debería decir que mi episodio favorito es el de Laughton, que lo es, y además cuenta con el bono extra de que sale su mujer Elsa Lanchester y... La verdad es que hacen de esposos con suma gracia, LOL... pero he de confesar que esta empatado con el excelente episodio de Edward G. Robinson y George Sanders... Ambos son de lagrimita bien entendida.
En segundo puesto, le sigue el episodio de Charles Boyer, Rita Hayworth y Thomas Mitchell. En el episodio con Ginger Rogers creo que brillan más los secundarios Eugene Pallette y Roland Young ("Jungle Bells, Jungle Bells...") que los supuestos protagonistas (IMHO( del episodio), además Roland y Pallete "ligan" los tres primeros episodios con suma gracia...
¡Menudo repartazo tiene esta película! deberían editarla en DVD ya, y no sólo por los nombres ilustres (de los que está llena), sino porque, realmente, es bastante buena en su conjunto.
Gracias de nuevo por tu aportación a este blog. Realmente es dificil elegir la mejor de las historias y no discutiremos por ello.
De algún modo es un Laughton inconmnsurable contra la suma de un buen Robinson y una entretenida historia.
En cualquier caso un film bastante desconocido pero francamente bueno.
Father Caprio,
Lejos de mí la intención de discutir: sólo que, siendo a priori mi favorito el episodio de Laughton (que lo es), quedé agradablemente sorprendida por lo que me gustaron el resto de episodios, y en particular, el de Robinson.
De hecho, y con la que está cayendo últimamente, tanto el episodio de Laughton como el de Robinson son de los que ayudan a levantar la moral, ya que en ellos a) un músico pobre y b) un pobre caido en desgracia, tienen una oportunidad para hacer sus sueños realidad/salir del agujero y mirar al futuro con esperanza
Nota: en el cómputo no entra el episodio de W.C. Fields (con... Margaret Dumont!!), ya que mi copia del film es de uan emisión televisiva en la que faltaba este sketch (tradicionalmente eliminado)...así que me esperaré a que salga el DVD un día de estos
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