El hombre de Kentucky es una de esos trabajos que se ajustan plenamente a un esquema, digamos universal y reconocido, de películas familiares, sencillas, con moralina, de fácil digestión y que todos coinciden siempre en calificar de entretenidas.
Burt Lancaster aplica la fórmula “mágica” y obtiene precisamente eso, una película que se deja ver pero que no pasará a la historia del cine por sus valores cinéfilos. Interpretada por él mismo y con unos cuantos actores reconocidos como Walter Matthau, John Carradine y John McIntire, narra las “aventuras” de padre, hijo y perro, con ansias de libertad. Pero, hasta para ser libre hace falta dinero y para conseguirlo, la “troupe” debe hacerle una visita a los parientes, lo cual está a punto de dar al traste con el invento, ya que el aburguesamiento echa sus redes y a punto está de cambiar la baraja.
Claro que, como sucede en este tipo de películas, las cosas vuelven al redil y acaban como debe ser, para deleite de espectadores chicos y grandes.
Resulta curioso el personaje de Lancaster, un tanto simplón, en el mismo año que dio vida a otro elemento de la misma astilla, como fue Alvaro Mangiacavallo en La Rosa Tatuada, claro que al lado de una rompe y rasga de la categoría de Serafina DelleRose (Anna Magnani) a ver quién no se atonta mas de la cuenta.
Resumiendo, lo que les dije, entretenida…
Burt Lancaster aplica la fórmula “mágica” y obtiene precisamente eso, una película que se deja ver pero que no pasará a la historia del cine por sus valores cinéfilos. Interpretada por él mismo y con unos cuantos actores reconocidos como Walter Matthau, John Carradine y John McIntire, narra las “aventuras” de padre, hijo y perro, con ansias de libertad. Pero, hasta para ser libre hace falta dinero y para conseguirlo, la “troupe” debe hacerle una visita a los parientes, lo cual está a punto de dar al traste con el invento, ya que el aburguesamiento echa sus redes y a punto está de cambiar la baraja.
Claro que, como sucede en este tipo de películas, las cosas vuelven al redil y acaban como debe ser, para deleite de espectadores chicos y grandes.
Resulta curioso el personaje de Lancaster, un tanto simplón, en el mismo año que dio vida a otro elemento de la misma astilla, como fue Alvaro Mangiacavallo en La Rosa Tatuada, claro que al lado de una rompe y rasga de la categoría de Serafina DelleRose (Anna Magnani) a ver quién no se atonta mas de la cuenta.
Resumiendo, lo que les dije, entretenida…
2 comentarios:
Igual estoy equivocado pero en su momento fui a ver esta película buscando un western y salí decepcionado. Uno que era joven.
Las películas del oeste me gustan con indios y vaqueros. O con personajes fuertes y dramáticos. Las moralinas...
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