jueves, 27 de agosto de 2009

EL EMBRUJO DE SHANGHAI (JOSEPH VON STERNBERG - 1941)




Los intentos de diversas productoras por sacar adelante un guión basado en la obra de John Colton fueron frenados en seco por los distintos estamentos encargados de las victorianas moralidades. Hasta 30 andanadas resistió la MPAA (Motion Picture Association of America). Paramount en el 26, Universal y United Artist en el 29, Columbia en el 30 y sucesivamente, lo intentaron, pero el éxito de Broadway era demasiado provocador y Mother Goddam (puñetera) no sonaba demasiado bien y además las referencias a drogadicciones y ninfomanías eran impresentables para la época. A Mother Goddam se la intentó cambiar el nombre por el de Mother Satan pero ni por esas.

Y en eso llega Fidel, digo el Código “Todas somos puritanas, hermanas” Hays con lo cual todos se retiran con el rabo entre las piernas hasta que en el 41 un productor independiente Arnold Pressburger consigue, aligerando el guión de connotaciones que pudieran interpretarse como antijaponesas y de otras baratijas que por fin se dé luz verde al proyecto. Claro que la historia quedó hecha unos zorros y donde dije prostíbulo, opiáceos y sexo, digo casino y sobreentendidos. Y santas pascuas, aquí no pasa nada. Bueno, lo único que pasa es que los espectadores quedamos algo descolocados, que una Madre Gin Slin -¿Porqué no, Carajillo Slin? - encaja más como "madame" que como empresaria del juego. Topamos con la iglesia, Sancho. Pero aún así el film tiene y ofrece mucho.

¿Dónde está el embrujo? Sin la diva oficial de Von Sternberg, evidentemente Marlene Dietrich, la pregunta no es baladí. A priori uno puede suponer que Gene Tierney, bella entre las bellas, está en la pool position para hacerse con el título de embrujadora oficial del reino. Pues no. La Tierney tiene belleza pero no embrujo. Y es que la respuesta es tan evidente que no alcanzamos a verla. El embrujo es Shanghai, la ciudad de los pecadores impenitentes, de las hienas buscando despojos, del untamiento y la corrupción, de las máscaras sobre el rostro y sobre el alma. La exótica y cosmopolita ciudad, mezcolanza de razas y dialectos.

Y es que Josef von Sternberg recupera aquel "exoticismo" de sus trabajos iniciales. Lo une a la sensualidad intuida y al sexo sugerente. Es una Shanghai sórdida de vicios públicos y privadas y escasas virtudes. El juego, la bebida, la codicia, la pasión, los celos y el desdén se dan cita en ese casino de Madre Gin Slin donde las ganancias de la banca se elevan en el aire en cestillos protectores y donde un croupier debe pelearse para imponer sus "rien ne va plus". Y en ese exoticismo destacar tanto a Victor Mature, Doctor Omar, "doctor en nada, lo cual no hace daño, a diferencia de otros doctores", y Ona Munson como a Mother Gin Slin. Respecto a Mature, autodefinido poeta de Shanghai y Gomorra en clara alusión a su lascividad, debo decir que ofrece una de las actuaciones más creíbles y perfectas que le recuerdo como actor. Ona Munson, caucasiana haciendo de china, como solían mandar los cánones, lleva el peso del film y debajo de unas cuantas capas de maquillaje oriental esconde a una excelente actriz a revisar.

Sorprende que las críticas de la película en su tiempo no fueran demasiado buenas. El New York Times la calificaba de pretenciosa, opaca, con malas interpretaciones de los actores principales e incluso tildaba el final de risible. Eso dejo algo tocados a Von Sternberg quien dijo un tanto fríamente que si filmó la película fue más para introducir a su amigo Pressburger en una tierra extraña. Sin embargo, el tiempo que da y quita razones ha encumbrado a la película a un rango de excelencia.

No voy a darles más pistas. Solo una pequeña: Saboreen la cena del Año Nuevo Chino. Buen provecho.






3 comentarios:

Crowley dijo...

Estimado Father, como bien queda patente con esta película, la crítica siempre remando en contra de la corriente.
Si la Dietrich hubiese estado, tal vez el embrujo sería su mirada.
Saludos
Nos leemos

ANRO dijo...

Ja, ja, estupendo y refrescante comentario para una mañana de viernes!...Hace tan solo unos días, trasteando en mis fondos cinéfilos me detuve en un reportaje aparecido en la revista "Films and Filming" dedicado a los cult movies y había un largo artículo sobre esta peli. Lo había seleccionado para un próximo post, pero te has adelantado y me alegro por lo que digo a principio.
Pasate un buen fin de semana.
Ah! el corto que insertas es buenísimo.
Un abrazote

Jack dijo...

Lo que tu dices Father, película de mucho culto, pero Gene Tierney es esa mujer maravillosa que uno quiere para lucirla como esposa. pero para que te embrujen, para que te hagan... exorcismos, tenía que haber sido otra. Y Victor Mature (hasta que me enteré yo que se pronunciaba "matchiur), para mi, ni aquí ni con el "peplum"