jueves, 30 de octubre de 2008

LAZOS HUMANOS (ELIA KAZAN - 1945)


Un árbol. Brooklyn. Elementos aparentemente contrapuestos, pero enlazados. Lazos ¿humanos? Tal vez. Pero sobre todo, vitales. La vida por encima de la adversidad, Las raíces que volverán a romper el cemento. Esa es la conclusión, el corolario de la opera prima de Kazan basada en una novela “ejemplar” de Betty Smith.

Estos son los poderes sobre los que se asienta la película de Kazan, la inmigración, la pobreza, la frustración y sus gotas de alcoholismo, la madre, la abnegación, el sacrificio, el futuro... Todo ello, mezclado (no agitado) y siempre con las dosis oportunas, que los excesos suelen retraer a los espectadores, ya bastante cargados de problemas.

Y Kazan consigue el equilibrio justo, casi en la cuerda floja, entre alegrías y dramatismos, sin que se pierda un ápice del carácter de los personajes, la madre, el padre, la tía Sissy, la abuela y por supuesto los hijos, especialmente Francie, espectacular Peggy Ann Garner, de quien he oído decir que es la mejor interpretación infantil de la historia. ¡Que fuerte! Yo, mas comedido, afirmo que está entre las mejores. Como magnífico es el trabajo de James Dunn padre ejemplar y hombre entrañable, cuya mejor definición es aquella de que “uno se siente bien yendo a su lado”.

En definitiva, buena película de las que se reponían anualmente en las TVs navideñas estadounidenses y donde aquel árbol talado que impedía tender la ropa, renace de los cementos para crecer en Brooklyn y también en nosotros...



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