Lo que llama la atención de Rommel llama al Cairo es el enfoque dado a la 2ª Guerra Mundial desde la Alemania de mitad de los 50. Es cierto que la figura de Rommel y su condición de gran estratega ha sido, por lo general, bien tratada desde el lado de los vencedores. Tomo la siguiente cita de Wikipedia: “Rommel es recordado frecuentemente no sólo por sus señaladas proezas militares, sino por su caballerosidad con sus adversarios”, y el cine no ha sido ajeno a ello. Tenemos el ejemplo de Rommel el zorro del desierto donde la imagen del mariscal alemán sale bastante favorecida con un cierto toque antihitleriano incluido.
En Rommel llama al Cairo, Wolfgang Schleif nos ofrece una versión patriótica y heroica de los soldados alemanes en labores de espionaje en el propio centro de operaciones del alto mando británico en El Cairo. Tarea complicada máxime después de atravesar 3000 kilómetros de desierto africano. Y entiendo que la propuesta cinematográfica del realizador germano es tan lícita como prudente y comedida. De algún modo todos quedan en buen lugar, Rommel, los espías (uno de ellos, John Eppler, escribió el libro) y las fuerzas británicas por su eficiencia en la resolución del asunto.
He leído algunos comentarios en Internet acerca de un frente común USA-ALEMANIA OCCIDENTAL, en aquellos años, frente al peligro que surgía del frío: El comunismo. Por ello la tolerancia y el respeto incluso en la pantalla grande. Schleif no fue demasiado antiamericano, como Desmond Young (guionista) y Henry Hathaway (director), en El zorro del desierto, tampoco hicieron leña del árbol caído, exaltando incluso la figura de Rommel
Por todo ello y siendo cinematográficamente “apolíticos” la película se ve con interés. Y esto en un género tan “trillado” como el bélico, es mucho, muchísimo.
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